Imperfecta {Bieber}

Bisexual.

Justin esa noche fue a mi casa por Sophia, me había llamado antes para preguntar por qué no había llegado y solo respondí que Sophia quería que viéramos una película; cosa que es verdad.

Mi hija dormía en mi cama, se encontraba cubierta hasta los hombros con una manta mientras abrazaba la almohada.

El timbre de la casa sonó, me levanté a abrir suponiendo que era Justin.

Y así era.

-hola- besó mi mejilla.
-hola.
-¿Dónde está Sophia? -preguntó
-está durmiendo, ven necesito que hablemos -dije guiándolo al sofá.

-¿qué sucede? -preguntó extraño.

Noté sus ojos algo rojos, podía sentía su humor, él no estaba bien.

-¿te encuentras bien? -pregunté
-sí, ¿por qué?

-no seas así -dije- puedes desahogarte conmigo -sonreí cálidamente.

Él soltó un suspiro y luego durante unos segundos no emitió ruido alguno mientras miraba el piso.

-es bisexual -soltó junto a un suspiro.

-¿qué? -pregunté sin entender

-Juliet, mi novia, es bisexual -pausó- mejor dicho mi ex novia.

Mis ojos instantáneamente se abrieron como platos, hasta la última célula de mi cuerpo se iluminó de vida y alegría.
Pero al ver su rostro tan triste todo se apagó nuevamente.

-¿has terminado con ella? -pregunté- ¿sólo por sentir atracción hacia los dos sexos?

El silencio inundó el ambiente unos segundos, Justin seguía sin mirarme.

-ella se acostó con otras chicas -susurró- se lo perdoné una vez, la segunda fue la vencida y la eché de la casa. No soporté escuchar ninguna otra palabra de ella, me dio asco pensar que mientras yo la quería ella satisfacía sus necesidades con zorras -dijo y tras esto me miró.

Por sus mejillas caían lágrimas, de dolor, de sufrimiento, de despecho.
Verlo así rompió mi corazón haciéndome involuntariamente abrazarlo y esconder su cabeza en mi hombro mientras sollozaba.

Él levantó la cabeza, limpió sus lagrimas con sus manos y se quedó observándome al igual que yo.

Sin palabras, sin movimientos; sólo nos mirábamos directamente a los ojos, tal vez él pensaba cosas románticas, tal vez recordaba bellos momentos; o tal vez yo era la única que pensaba eso.

Se fue acercando cada vez a mi rostro, nuestras respiraciones chocaban, su mano se encontraba en mi mentón atrayéndome hacia él.

Nos seguimos acercando lentamente, pero fuimos interrumpidos por el sonido de la puerta principal abriéndose.