Besayúname

Mierda

Di un par de vueltas en la cama antes de abrir los ojos. Parpadee unas cuantas veces antes de darme cuenta de quien yacía a mi lado. Mierda. Suspiré.

-Connor,Connor- le susurré al oído. Se movió torpemente y, haciendo caso omiso a mi llamada, me abrazó fuertemente contra su pecho.- Connor, joder- dije ahora mas alto, separándome despacio de él.

-¿Qué pasa?¿Estas bien?- preguntó incorporándose rápidamente.

-¿Que pasó anoche?- pregunté, no muy segura de querer saber la respuesta.

-Había vino, coñac, wiskey y una puta borracha que...- cerró los ojos fuertemente y los volvió a abrir- ah no, pero si eras tú.- sonrió con pocas ganas.

-Dios, no volveré a beber jamás- sonreí falsamente intentando olvidar que un asesino había dormido toda la noche conmigo.

-Si vas a sonreír de mentira mejor no sonrías- contestó algo borde.- no soy gilipollas Salomé, se que lo estás pasando fatal.

-No importa- dije lo primero que se me pasó por la cabeza y salí casi corriendo de la habitación directa al baño.

Me senté en el retrete y clavé las rodillas en mi pecho. No quería llorar pero mis ojos decían lo contrario. No era fácil. Mi vida se desvanecía por momentos. Ya no tenía a mi familia por su culpa. He llevado una vida de mierda por su culpa. Y aún así estaba enamorada de él.

-Salomé, pequeña, no llores ¿quieres?- dijo al otro lado de la puerta.
-Tienes un grave problema en la puta cabeza- le solté. - ¿Como te atreves a decirme que no llore? ¿Pero tu estas bien? ¿Ya no voy a poder ni llorar?
-No espero que me perdones, ni mucho menos. Como tampoco espero que me vuelvas a hablar bien en la vida. Pero mínimamente, después de toda la mierda que he hecho, intento ayudarte, joder. Yo solo quiero que salgas de esta. No quiero que sigas mal por mi. Solo quiero que sigas a delante.
-Dejame en paz, por favor- le susurro mientras una lágrima amenaza con caer por mi mejilla.
-Te quiero- dice en un tono inaudible.