Shanie ♥

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-Connor- oi detrás de mi. Hacia mucho que no escuchaba ese nombre. Di media vuelta y allí estaba un muchachito de unos 3 años. Su madre estaba al otro lado del restaurante llamándolo.

-Anda corre, que mama te espera- le dije sonriendo y el corrió hacia su madre.

Miles de sensaciones recorrieron mi cuerpo. Quedaban 7 días para que terminara 2° de bachillerato y después iría a la universidad. Tenia muchísimas ganas de empezar psicología. John pensaba estudiar en otra universidad del noreste. Por lo que tardaría mucho en volver a verle.

-Señorita, su pedido- dijo una chica dándome mi hamburguesa CBO.

-Gracias- susurre y salí de allí. Comería por  cualquier banco que encontrase por ahí. Ya no quedaba casi con John, ahora estaba mas solitaria que nunca.

Llegue a un parquecito e ingerí rápidamente mi hamburguesa mientras observaba a todos los muchachos como jugaban con sus bicicletas y triciclos. Eran las 5 de la tarde, pero últimamente comía muy tarde y por ahí. Me llevaba muy mal con mi tia, no nos entendíamos.

Me levante y tire la caja de la hamburguesa y la coca cola a la basura. Estaba muy desanimada, tenia ganas de volver a ver a...a...a...Connor.

-¿Estas bien?- dijo una chica, de mas o menos mi edad, morena de ojos claros. Se veía algo preocupada. -No quiero entrometerme, pero he visto que tirabas con desgana esa coca cola medio llena y que tienes unas ojeras de espanto que no tapa ni un buen maquillaje. - sonrió.

-Bueno, la vida no me sonríe mucho la verdad- hice un intento de sonrisa pero se quedo en una mueca extraña.

-¿Te apetece si te invito a un café? Te irá bien- dijo señalándome una cafetería algo familiar para mí. Genial, quería llevarme a la cafetería donde trabajaba Connor...

-Genial- contesté disimulando mi tristeza.

Pasamos a la cafetería y pedimos un café para cada una, el mio obviamente con leche. Nos sentamos en una mesa de la parte de atrás, al lado de un ventanal, que daba directamente a la calle.

-¿Quieren algo a parte del café señori...- Brad levanto la cabeza y me vio.

Narra Brad

Salome estaba allí. Con los ojos rojos al igual que sus mejillas. Hacia demasiado tiempo que no la veía. Intente disimular y la saludé alegremente para que su amiga no notara nada extraño. Les puse unas tortitas con nata y le dije a Mike que antendiera a esa zona el hoy, ya le explicaría mas tarde. Después de charlar animadamente un rato, decidieron irse y fue cuando vi que Salomé no estaba muy bien.

Narra Salomé.

Al rato nos fuimos del local y de ahí cada una a nuestras casas. Nos intercambiamos los teléfonos y prometimos quedar de vez en cuando. Era realmente simpática aquella chica. ¿Como se llamaba? ¿Sailey? ¿Skailey? No, definitivamente Shanie. Me había caído genial.

BesayúnameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora