Besayúname

Me odio por quererte

Ese simple te quiero había despertado algo en mi que no sabia que existía. Aun así, no contesté, no tenia nada que decir. Le obligué a no mencionar absolutamente nada de la noche anterior, y le eché, literalmente, de mi habitación.

Llamé a Shanie, necesitaba desahogarme con alguien.

-¿Si?- se escuchó al otro lado de la línea.
-¿Te he despertado?- pregunté, algo arrepentida de mi llamada a las 9 de la mañana.
-No, no te preocupes- contestó- es solo que estoy un poco empanada. ¿Estas bien?
-En realidad no.
-En 10 minutos estoy en tu casa- sentenció, y antes de que pudiera darle las gracias, cortó la llamada.
Me vestí y me lavé la cara, sería mejor que diéramos una vuelta por ahí en vez de quedarnos en casa. Salí a la calle al mismo tiempo que la moto de Shanie se estacionaba frente a mi puerta. Me sonrió a través del casco y me invitó a subir con un movimiento rápido de muñeca.
Condujo hasta las afueras de la ciudad y paró la moto en cuanto llegamos a un campo completamente desierto.

-No hacia falta que viniésemos tan lejos, yo solo quería desahogarme contigo un ratito- dije mirando al horizonte y luego a ella.
-Y a eso has venido- sonrió- grita.
-¿Qué?
-¡Que grites!- dijo subiendo tres tonos su voz.- grita todo lo que sientes ¡Grita todo lo que quieras!
-Vale...Connor, joder, ¡eres un hijo de puta! Pero ¡te quiero! ¡Demasiado! ¡Por tu culpa tengo esta vida de mierda! Pero, ¡si no hubieras hecho lo que hiciste nunca te habría conocido! ¡Y te odio por eso! ¡Y te quiero! ¡Y me odio por quererte! - dije, quedándome casi afónica.