"Londres me espera"

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-¡No te vayas! ¡No me dejes sola! Connor te necesito- me gritó desde el otro lado del jardín. Quería quedarme con ella pero mis piernas no paraban de andar en dirección contraria. Mire para atrás y la vi.

Vi su rostro triste, la había dejado ahí, después de acabar con su vida la había dejado sola. Comencé a llorar, no podía dejarla ahí, no quería dejarla ahí, ¡NO DEBIA DEJARLA AHI! .

-Salomé siempre te querré- grité saliendo del recinto. Esto no podía estar pasando. La quería, yo...

Sonó el despertador y me levanté bruscamente. Todo había sido un estúpido sueño... Ya había pasado mas de un año y todavía no había vuelto. No tenia cojones a volver. Brad me informaba todos los días sobre ella. Me contaba que se veía algo triste pero desde que empezó la universidad había hecho amigos nuevos, había comenzado una nueva vida. Me sentía en parte, orgulloso de ella. Y por otro lado quería estar con ella, pero no debía. Se que algun día tendré los cojones de contarle, contarle que fui yo el causante de tantas lágrimas, que fui yo el que dejo su vida hecha una mierda. Tendré que asumir las consecuencias, y esta vez no me las comeré ni con patatas ni con sus puñeteros besos. Se merece a un chico mil veces mejor que yo.

Y yo ahora estaba aquí, concretamente en Carolina del Norte. Trabajando para una agencia de viajes mientras pensaba en ella...

Me vestí rápidamente, me tomé un café y fui directo a trabajar. Aunque no me lo mereciera tenia que vivir ¿No? . Llegaron unos clientes nuevos, querían comprar unos billetes a España. Dulce y querida España. Me encantaría ir con Salomé...

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-Es tu hora de descanso, puedes irte- me dijo mi jefe saliendo de allí.

Me levante torpemente y fui a un restaurante de aquí al lado. ¿Y si vuelvo a Inglaterra? ¿Y si se lo digo de una vez y me olvido de esto y me olvido de ella...? Quizá sea lo mejor... Salí del restaurante y volví a ma agencia.

-Oye Joan, ¿podría tener mi semana de descanso que me concediste hace unos meses?

-Oh, si, genial. Puedes irte ya, yo me ocupo de esto.

-Gracias- sonreí.- ¿me proporcionaría un billete para Londres ahora mismo? Si no es mucho pedir...

-Si, espereme un momento. - se dio media vuelta y fue hacia el otro lado de la agencia. Trajo un billete destino Londres, para esta misma tarde.- tome- me lo entregó- y presenteme a esa chica algun día, ¿entendido? - me guiño un ojo. ¿Y este hombre como sabe que voy a irme por ella? Yo solo asentí y sonreí. Me quedaban 2 horas antes de que el avión despegara. Salí corriendo de allí y cogí un taxi para ir a mi apartamento. Cogí algunas camisas y algún que otro pantalón y lo metí en mi bolsa de deporte. El cepillo de dientes, el pijama y 4 cosas mas para salir pitando de allí. El aeropuerto estaba a las afueras y yo estaba prácticamente al otro lado del estado. Debía darme prisa. Pedí otro taxi rápidamente y le di la dirección.

-venga, venga, venga- susurré poniéndome aun mas nervioso de lo que ya estaba. Mañana vería a Salomé y le contaría todo. Llegue al aeropuerto y pagué al taxista. Entre en este y fui directo a mi terminal para esperar el avión. No tardamos mucho en embarcar.

- Es la hora...- suspiré sonoramente. Londres me espera. Menudo viaje pensaba hacer, todo había sido tan sumamente rápido. La verdad es que tenía muchísimas ganas de verla.

BesayúnameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora