-Buenos días ¿Le apetece tomar un café?
Bakugou esconde una infantil sonrisa tras sus largos dedos al ver llegar a un despeinado Midoriya con cara reluciente por haber dormido mucho mejor de lo esperado.
-Me alegra saber que no se ha marchado a casa.- le tiende la taza de porcelana que con gusto el peliverde acepta volviendo a la vida tras el primer sorbo – Está muy gracioso con el cabello despeinado.
-En cambio usted parece que ha venido un aluvión de peluqueros y estilistas para tenerle impecable.- Bakugou sonríe culpable.
-Llevo despierto varias horas.
-¿Acechando mi puerta para no dejarme escapar?
-No se me había ocurrido.- toma la taza de Midoriya de la que bebe como si fuera la suya – Aunque hubiera preferido atarme a usted a la cama, de esa forma no se me escaparía.
Un guiño de ojos. Un intercambio de miradas que no significan nada pero que podrían significarlo todo. Una sonrisa juguetona que ilumina el rostro pecoso. Un brillo que no logra apagar el vacío de unos preciosos rubís.
-¿Está trabajando?
Pregunta Midoriya ocupando el sofá que ha quedado libre de papeles. Sobre la mesa, el portátil de Bakugou está encendido con varios archivos abiertos a la vez. Imágenes, textos en francés que Midoriya no logra entender.
-Me estoy preparando para la conferencia.
-Lo hará bien.
-¿Vendrá a verme?
-Si habla en francés no me enteraré de nada, aunque pensándolo mejor ni en nuestro idioma lo entendería si empieza a hablar de técnicas de cirujanos, utensilios o usa una jerga doctoral.- Bakugou vuelve a reír y Midoriya se siente mucho más aliviado a como se despidieron la pasada noche. Creyó que no sería capaz de dormir. Que pasaría las horas observando por la ventana decidiendo qué hacer a la mañana siguiente. Pero las almohadas eran tan blandas, olían tan bien las sábanas que cuando abrió los ojos ya era de día.
-Puedo proporcionarle un intérprete.
-No es necesario.- estira los brazos, las piernas golpeándole sin querer la de Bakugou – Creo que daré una vuelta por la zona.
-Es un plan mucho más divertido y entretenido que ver una aburrida charla de médicos. ¿Quiere que le haga un planning?
-No se preocupe, tal vez desee perderme por las calles parisinas un rato.
Se pone de pie dirigiéndose hacia su habitación.
-¿Me aceptará la invitación para almorzar, Izuku?
Ha parecido más un ruego que una simple petición.
Midoriya se detiene enfrente de la puerta, se gira lentamente rascándose la barbilla. Bakugou siente un calor emerger por toda su piel ante la expresión que le dedica
-Solo si es capaz de encontrarme por París, Katsuki.
****
Midoriya no ha podido resistir la tentación y ha acabado dejando a un lado sus planes para ir a ver la conferencia de Bakugou.Pero tal y como se temía no le iba a ser sencillo sin un pase.
Con la excusa de ser un turista arquitecto interesado en la Universidad, ha conseguido visitar alguna de las partes más interesantes del lugar pero no le dejan ir más allá.
Ofuscado, decide ir tras sus pasos y seguir con su objetivo del día de hoy pero empieza a contagiarse por los nervios de los estudiantes que han hecho un hueco en sus vacaciones de Navidad para ir a ver la conferencia de aquel que es considerado un Dios en el mundo de la cirugía japonesa. Midoriya empieza a recordar sus días de estudiante y un remolino de mariposas aletean en su estómago cuando acudía a un seminario o a una conferencia de un arquitecto famoso. Ese sentimiento se le antoja muy lejano, como también otros que quemó para dar paso a los que empiezan a cuestionarse.
-¿Le gustaría entrar?
Le preguntan en inglés un tipo alto, de dientes inmaculados y lineados colmillos.
-No tengo ningún pase.
Le responde en un perfecto inglés.
-Si es por unos minutos podré colarle.
Su guiño de ojos no le pone en alerta o le provoca desconfianza. Es todo lo contrario.
Inconscientemente se coloca la gorra de beisbol y se sube la mascarilla. Ha tomado esa costumbre desde su huida de la boda tras verse a sí mismo en todas y cada una de las redes sociales existentes convertido en memes, stikers y gifs. Sabe que es imposible que en un país extranjero le reconozcan pero nunca se sabe a quién puedes encontrarte a la vuelta de la esquina.
Se coloca al final de la amplia sala de mármol, justo en la parte más arriba al estar la clase en pendiente. No cabe ni un alfiler. Todos los asientos están ocupados. Todos los estudiantes lucen ansiosos. Hay cámaras por lo que Midoriya intenta ocultarse tras las personas que tiene delante y decide quedarse cerca de la puerta por si las moscas. La puerta de abajo se abre. Entran lo que parecen ser personas importantes de la Universidad, el rector, algún que otro profesor, también algún médico que lleva su bata impecable y cerrando el grupo aparece él siendo ahogado por un bullicio de aplausos, gritos, silbidos que le ponen la piel de gallina. Y dicha emoción aumenta cuando Bakugou levanta la mano para pedirles silencio recibiéndoles con una sonrisa cohibida y agradecida.
Habla en francés y Midoriya siente de todo. Una pronunciación perfecta y sensual. Nota los latidos en su garganta siendo arrancados por cada palabra pronunciada. No entiende nada y no lo necesita. Está...
-Katsuki es...increíble... Es como estar viendo a un superhéroe.
Murmura siendo escuchado por la persona que tiene justo a su lado.
No hay palabra mejor para describirle.
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Casualidad o Destino (COMPLETA)
Fanfiction¡Por fin ha llegado el día! ¡La boda más esperada del año está a punto de iniciarse! Pero... ¿Cómo va a celebrarse sin una de las dos partes principales porque...? ¡El novio ha huido! Y en su huida, una mano salvavidas le ayudará a conseguirlo... Pe...