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Para cuándo Hyunjin regreso a su cabaña, notó algo extrañó y sin duda alguna, notó la ausencia de la felina en la casa, por lo cual, empezó a buscarla por todos lados.

Al no encontrarla, salió de su cabaña envuelto en temor y enojo, pero al hacerlo, vió algunas huellas en el lodo, así qué, las empezó a seguir y las huellas se encontraron con otras al parecer, pero lo extraño, era que las huellas de la que parecía ser Yeji, se habían regresado o al menos, tratado de hacerlo.

Fueron ellos.

Fue su conclusión y vaya que no le gusto para nada. Su puma se enfureció de repente, soltando un rugido bastante fuerte e intimidante, ya que algunas personas salieron de sus cabañas a ver qué era lo que estaba pasando.

—¡Quiero a los hombres más fuertes de la aldea, pero ya! — gritó, manteniendo sus ojos verdosos con el iris en línea de su puma. Todos los hombres salieron de sus cabañas y se colocaron frente a Hyunjin, quien parecía fuera de sí.

—Hyunjin, ¿Qué pasa? — la voz de Minho se escuchó en el tenso silencio. El león blanco había sido llamado con mucha prisa y miedo cabe destacar, se mostró confundido de que le dijeran que Hwang se había vuelto loco.

—¡Pasa que se llevaron a mi pareja y nadie se dió cuenta, maldición! — gritó, en sus manos ya no habían uñas, sigo garras y estaba a nada de darle un arañazo a alguien si no encontraban a Yeji lo más rápido posible.

—¿Qué? P-Pero, si la ví en la mañana — confesó, bastante sorprendido.

—¡Pero ya no está joder, ya no está! — Hyunjin cubrió su cabeza con ambas manos y trato de tomar aire, pero era justo lo que le faltaba.

—¡Tranquilízate, no podremos hacer nada si no tomas un poco de calma! — objetó, haciendo que Hyunjin asintiera con la cabeza. —Vamos a idear un plan para atacar a la manada del sur y traer a Yeji y a las que han secuestrado — Hyunjin asintió.

[🌿]

Yeji no tenía idea de cuántas horas habían pasado desde la última vez que ese idiota se atrevió a tocarla y no sólo porque la violó, sino también porque ella puso resistencia y le estampó la palma de su mano unas cinco o siete veces en su rostro, dejándolo adolorido, el pómulo estaba hinchado y la comisura de su labios sangraba un poco.

¿Por qué estaba aquí? ¿Por qué no dejo que los demás exploradores vinieran a esta selva? ¿Por qué no se quedó en casa? ¿Por qué tuvo que ser tan estúpida para ir a este maldito viaje?

Su cuerpo le dolia horrores, sentia muchas ganas de vomitar, estaba un poco mareada, sin embargo, tuvo fuerzas suficientes para sentarse en la esquina de esa habitación, tratando de cubrirse con la manta que tenía. Sus lágrimas seguían saliendo sin parar, pero no realizaba ningún ruido, no quería que ese idiota regresará y le hiciera algo peor.

—¿Te duele mucho? — alzó su mirada, encontrándose con Sakura, quien también se veía muy demacrada y más delgada de lo que recuerda.

—¿Q-Qué estas haciendo aquí? — fue lo primero que preguntó.

—E-Es una larga historia...t-tú sólo, ten — Sakura le extendió un trozo de pan, lo cual sorprendió un poco a Yeji.

—¿Qué? — miró el pedazo de pan y después a la loba, quien le sonrió suavemente, brindándole confianza.

—No haz comido nada desde ayer, y ese imbécil no nos dará nada a menos que lo tomemos antes de que llegue — dijo, extendiendole nuevamente el trozo de pan.

Yeji tragó saliva y lo tomó.

—¿Tú ya comiste? — preguntó en un murmuró, su garganta dolía.

—Sí, no te preocupes, anda, come — la felina agradeció y empezó a comer el pan que Sakura le había dado, mientras que ella, vigilaba para que nadie viniera y se dieran cuenta de que habían comido.

Cuando Yeji se terminó el pan, soltó un suspiro, sin embargo, un fuerte dolor se ubicó en su vientre, soltando un jadeó de dolor y llamando la atención de Sakura, quien no dudo en acercarse a ayudarla.

—¿Q-Qué sucede? ¿Tienes dolor, en dónde? — preguntó rápidamente.

—¡A-Aquí! — gritó en un sollozó por lo bajo, mordió su labio inferior con fuerza, al sentir como el dolor solo aumentaba con los segundos.

—Déjame revisarte — Sakura la recostó con cuidado en el suelo y empezó a tocar con cuidado y delicadeza el estómago y vientre de Yeji, arrancándole un gemido de dolor. Por fortuna, Sakura también había recibido clases para atender a personas, siendo y estando en la zona de apoyo de enfermera para la empresa y los híbridos que llegaban heridos de todas las maneras posibles. Cuando Sakura estaba por decirle que sentía un poco duro su vientre, un charco de sangre inmediatamente marchó el piso, haciéndola jadear y mirar asustada a Yeji, quien seguía quejándose del dolor. —Y-Yeji... — murmuró con sorpresa y tristeza.

La felina volvió a chillar una vez más por el dolor, se sentía tan débil y adolorida que no sabía si del mismo dolor se iba a desmayar.

—¿Q-Qué sucede? — preguntó, mordiendo sus labios y dejando que el sudor recorriera todo su rostro y cuerpo.

—A-Acabas... Yeji, acabas de perder a tu bebé — dijo, tratando de ser lo mas delicada posible.

Sin embargo, aquellas palabras perforaron hasta lo profundo del corazón de Yeji y de su gatita, haciéndolas llorar de manera inconsolable.

Sakura lo único que pudo hacer, fue abrazarla y darle palabras que la reconfortaran. Tenía que ser fuerte ahora más que nunca.

































»Amor enlazado 🌿 +18 [2 Hwang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora