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Pasaron algunos días después de aquellos hechos tan traumáticos y tristes. Tanto Yeji como Hyunjin estaban haciendo lo mejor que podían por olvidar esos recuerdos y sanar poco a poco.

Yeji se encontraba sentada en un cómodo sofá cerca de la ventana, mirando como la lluvia caía casi como un diluvio, se mantenía en silencio, y así eran la parte de sus días, se la pasaba sentada ahí y en silencio, pensando en muchas cosas.

Hyunjin por otro lado, se había mantenido al margen, dándole su espacio a Yeji, para evitar presionarla y alterar la poca calma que había tenido desde hace días.

La felina no había estado durmiendo correctamente, las constantes pesadillas no la dejaban descansar como debería, siempre despertaba a media noche llorando, a lo cual Hyunjin no dudaba en abrazarla y tranquilizarla con dulces palabras, hasta que finalmente volvía a caer dormida entre hipidos y balbuceos.

El puma termino de preparar el té, para después tomar la taza y caminar hasta Yeji, ofreciéndosela.

—Ten cuidado, está caliente — advirtió, Yeji le sonrió y asintió con la cabeza.

La felina tomo un pequeño sorbo, soltando un sonido de agradó al pasar el delicioso té caliente por su garganta, era justo lo que necesitaba en un día como este.

—¿Quieres que te ayude en algo? — preguntó Yeji, mirando con una suave sonrisa a Hyunjin, quien negó después de beber un tragó de su café y señaló vagamente hacia la cocina.

—Sólo me faltan lavar los trastes y estaré contigo en unos minutos — mencionó, Yeji soltó un suspiro y agachó un poco la cabeza, Hyunjin se dió cuenta de ello. —¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? — preguntó con preocupación, inclinándose un poco hacia ella.

—No, es sólo qué...no quiero que estés haciendo todo por mí, siento que soy una carga para tí en estos momentos — dijo, mirando los ojos de su pareja, con un brillo triste y melancólico. —Una carga que no vale nada ya — lo último lo murmuró con pena, como si sintiera lastima de sí misma, repulsión y asco hacia su persona.

—¿Qué? — Hyunjin dejo su taza en la mesa de la sala y regreso rápidamente hacia Yeji, quien había bajado la mirada. —Yeji, deja de pensar eso de tí, yo jamás lo pensaría, ¿Por qué insistes en hacerme creer que ya no vales la pena? ¿Acaso no estás viva? Sí y eso es lo único que importa, estás conmigo, y yo siempre estaré contigo, no tienes que seguir pensando que te dejaré por lo que sucedió, jamás pasará algo como eso por mi cabeza y el día que lo haga, prometo darme un tiro o matarme a mí mismo por pensar de tal manera, de una persona tan bella y preciosa como tú.

Yeji para el momento, ya era un desastre de lágrimas y sollozos leves, cubrió sus ojos con una de sus manos y se soltó a llorar, Hyunjin la atrajó hacia él y la abrazo con fuerza, para hacerle saber que estaba ahí y que nunca se iría de su lado, jamás.

—Te amo mucho, y no pienso cambiar de opinión — dijo, acariciando su cabello con delicadeza.

[🌿]

La puerta fue tocada con un poco de insistencia, Hyunjin tomo el trapo de la barra y empezó a secar sus manos mientras caminaba hacia está, al abrirla, se encontró con una sonriente Lía y un serio Minho

—¿Qué pasó? — preguntó, intercambiando miradas con Minho, quien hizo una mueca hacia su pareja.

— Vine a ver a Yeji, ¿Cómo está? ¿Ya se siente mejor? ¡Traje tarta de zanahoria! — mostró el postre con entusiasmo.

—Uy, creo que le va a encantar — comentó con sarcasmo, mirando a Minho y a Lía. —Ella está un poco mejor, está en la habitación en estos momentos, si quieren pueden... — ni siquiera termino de hablar cuando fue empujado por la conejita y corrió hacia la habitación dónde estaba Yeji. —Pasar — soltó en un bufido. —Oye, ¿Qué le pasa, eh? — señaló con la mirada a Lía, quien desapareció por el pasillo de la habitación.

—No lo sé, ha estado actuando raro últimamente, pero bah, ¿Cuándo no se ha comportado así? — preguntó con una sonrisa en sus labios, antes de seguir a Hyunjin hacia la cocina.

—Tu pareja realmente es un caso — confesó, con una risita de por medio.

—Lo sé, lo sé, pero amo a Lía así, tal y como es — sonrió. —Por cierto, ¿Cómo va Yeji? ¿Ha mejorado o sigue estancada en el inicio? — preguntó, bajando un poco la voz, no quería que la felina los escuchará hablar, aunque a decir verdad, Lía era muy parlanchína y su tono de voz no sabía controlarlo, así qué no se preocupo mucho.

Hyunjin se sentó en el banco contrario, quedando frente a frente con Minho, le dió un pequeño vistazo hacia el pasillo de la habitación antes de hablar.

—Está mucho mejor, ahora puede dormir sin tener las pesadillas, empieza a comer un poco más y se nota un poco más feliz — confesó, sintiendo un alivio en su pecho, cada día que notaba a Yeji con más fuerza y más entusiasmo, su pecho se llenaba de felicidad, claramente, habia sido un procesos un poco largo y difícil, pues a decir verdad, siempre tenía que recordarle lo importante y preciosa que era ella para él.

—Me alegra mucho saberlo, es bueno que esté progresando poco a poco — opinó. —Otra cosa, la chica que estaba con ella, es una loba, su hermano estuvo internado en la clínica durante casi una semana, se instalaron en una cabaña hace dos días, pero, la chica quiere ver a Yeji, me ha preguntado si puede verla, dice que son conocidas desde mucho antes — comentó, Hyunjin soltó un suspiro y asintió, comprendiendo.

—Veré que puedo hacer, se lo comentaré a Yeji, pero si ella llega a negarse, no podré hacer más que apoyarla en su decisión, ¿Sí? — Minho asintió.

Ambos se quedaron callado al ver a Lía salir de la habitación viéndose sospechosa y llamando la atención de ambos de inmediato.

—¡Damas y caballeros, les presento a la preciosa, Min Yeji! — con ambas manos señaló hacia el pasillo, de dónde apareció una preciosa Yeji, portando un vestido largo y suelto de la cintura, con flores rojas, una tiara de flores que Lía había recogido del patio de su casa; y finalmente, su rostro maquillado al natural, con un labial rojo leve, dándole un toque natural y no forzado.

Yeji sonrió con las mejillas ruborizadas, notando la mirada sorprendida de Hyunjin sobre ella. Minho sonrió y miró a su amigo, quien estaba más que anonadado.

—¿Me veo bonita? — se atrevió a preguntar la felina, jugando con el vestido, dando una vuelta y viéndose, a los ojos de Hyunjin, aún más bella y fuera de este planeta.

—Te ves... Dios mío, no tengo palabras para describir lo perfecta y preciosa que te ves en estos momentos — el puma se levantó del banco y no dudo en caminar hasta la felina, quien espero su llegada hasta ella. Cuando Hyunjin llegó hasta ella, posó sus manos en su cadera, mientras que Yeji posó sus manos en los fuertes brazos de Hyunjin.

—Gracias, cariño — soltó, sorprendiendo aún más a Hwang, quien no dudo en inclinarse y besar sus labios con cariño y una desbordante felicidad en su pecho y en el de su puma.

Poco a poco, las dificultades iban desapareciendo, dando paso a los buenos momentos, dejando aquellos horribles recuerdos en el pasado.




















»Amor enlazado 🌿 +18 [2 Hwang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora