𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐕

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༺𝐇𝐈𝐋𝐀𝐋༻

Gojo la miro dormir, ella estaba tan cansada porque había recibido justo a las 00:00 su duro y placentero regalo de cumpleaños, ayer pasaron la noche solos luego de no haberse visto por casi tres meses, los dos danzaban ebrios en el departamento con su música favorita de fondo.

Ahora mismo acaricio su oreja, su mejilla y sonrió cuando ella arrugó tiernamente la nariz, su lunar en su cuello, bastante oculto como para notarlo a simple vista, pero al descubrirlo fue como un tesoro que se guardaba para si mismo cada vez que descubria sus lunares ocultos. Tocarla se había convertido en una adicción que debería tratar y cuando su lengua la probo por primera vez no pudo parar jamás. Era el segundo cumpleaños que pasaba con ella, y esperaba que sigan así, compartiendo más cumpleaños juntos.

Utahime aprieta sus ojos, siendo más consciente de la claridad del día y no tenia intenciones de levantarse hasta que la habitación se inundo de música a un volumen peligroso, haciendo que se sentara del susto solo para ver a Gojo parado en la puerta con un parlante a su lado y un megáfono pegado a su boca mientras le decía.

—¡Feliz cumpleaños, Utahime Iori! ¡Feliz, feliz, feliz cumpleaños, bon anniversaire, otanjobi omedeto, buon compleanno amore mio!

—¡POR DIOS APAGA ESO!—Le grita cubriéndose la cara una almohada.

—¿Quéeeee?~ —se hizo el desentendido aún con el megáfono anunciando todo lo que decía —¡No te oigo Utahime, la música esta muy fuerte!

Ella le arrojo furiosa una almohada golpeandole la cabeza—¡Nos van a echar de mi departamento!

Gojo apagó el parlante con la música para volverse a meter en la cama y se sentó a su lado.

—¿No puedes despertarme bien?—Le preguntaba mientras limpiaba sus ojos, cuando lo miro él la estaba viendo con mucha atención.—¿Qué? ¿Estas esperando que te mate?

—Tengo un regalo para ti.

—¿Qué es?

Se rio mientras tomaba la caja mediana que estaba en la mesa de luz de su lado y se la dio.—Ya sabes lo que es, deja de fingir.

Abrió el regalo y lo miro inmediatamente al notar lo que era, un juego de copas en forma de flor de rosa, todas transparentes de una marca popular japonesa.

—¿Co-cómo sabias que quería esto?

—Lo dijiste una vez y como note que no las habías comprado pensé que era la mejor opción.

—¿Ehhhh? ¿Cuándo te lo he dicho?

—Me lo dijiste y no lo olvide, pero no recuerdo cuando exactamente lo dijiste.

—Gracias Satoru, me encantan tus regalos, además Maki intento comprarlos pero siempre están agotados.

—Ven aquí—Estiro sus brazos y ella le correspondió abrazándolo con una sonrisa.—Feliz cumpleaños, Hime.

—¡Estas asfixiándome!

El peli blanco la soltó pero la despeino completamente haciéndola enojar, aunque ya tenía el cabello desastroso antes de que él pusiera sus manos. Y mientras Utahime estaba tratando de acomodar sin mucho éxito su cabello, vio que Satoru llevaba la caja nuevamente a la mesa de luz, solo para tomar otra cosa, ahora delante de ella apareció una pequeña caja de terciopelo roja.

Lo miro con sospecha—¿Matrimonio?

Gojo lanzó una pequeña carcajada.—Parecido.

Tomó su regalo y cuando abre la pequeña caja es un collar sumamente delicado de oro con una “S” pequeña y fina.

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