𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈

557 48 13
                                    

༺𝐇𝐈𝐋𝐀𝐋༻




—Ren, Ren despierta ahora.—Llama Gojo a su hijo mientras abre las cortinas para que la luz natural entre.—Hoy cocinare para ustedes ¿Qué quieres para desayunar y almorzar?

—Pasta—La responde con voz ronca mientras se remueve en su cama y vuelve a quedarse totalmente quieto, su hijo le encantaba la comida de su padre, por eso con todas sus fuerzas se esforzó en decir lo que quería comer.

—Cuando regreses del partido hare pasta, ahora baja a desayunar algo proteico… Ren… Renacuajo vamos, tienes un partido hoy—Tomo una almohada y lo golpeó suavemente en la cara—No me hagas regresar, no seré tan amable como tu madre.

Gojo fue hasta la habitación de su hija, se acerco a la cuna y ella lo recibió con sus grandes ojos celestes y parada, con los ojos un poco hinchados y una sonrisa achinada.

—¿Así que mi princesa ya quiere recibir mimos a esta hora de la mañana? Buenos días princesa de la casa~

Como Gojo estuvo fuera por casi medio mes, Utahime había programado un trabajo en Grecia a penas él regrese a casa, con lo cual no pudo ver a Utahime desde hace ya un mes entero lo cual lo había puesto triste, era algo con que los dos lidian desde que están saliendo, sus agendas, sus vidas, todo era distinto, que desayunaba a que hora lo hacían, sus tradiciones y formas, pero los dos se divertían juntos, amaban estar juntos, aprender de su forma de ser y sus formas. Aunque era doloroso separarse ya que siempre era períodos de más de cinco días. Pero ahora no estaban solos, cuando llegaban a casa tenían dos hijos y querían otro más, solo que iban a dejar que pase un poco el tiempo porque Natsume era una pequeña diablilla que agotaba sus energías.

Cuando Kuroi se aseguro de que Ren este listo, lo llevo a su partido de sábado, Gojo se disculpo de nuevo por no ir y le explicó que Utahime no quería que Natsume fuera, la niña ya estaba dando sus pasos y odiaba que la sostengan, así que durante el partido no se quedaría tranquila e invadirá el patio de juego. Ren se molesto por eso, pero no por la ausencia de sus padres, sino que la razón sea su hermana menor, eran solo celos de un ex hijo único.

Satoru estaba algo nervioso porque era la primera vez que se quedaba solo con su hija, antes siempre estaba Utahime, pero como luego de un año recupero su físico y forma ya estaba lista para volver al trabajo, con lo cual, ya no estaría en casa como antes, y él desgraciadamente se había acostumbrado a eso. Cuando vio a su hija comer avena con frutas le recordó a Ren, quien luego de comer se dormía enseguida, Natsu terminó de comer y abrió sus grande ojos como si le hubieran dado mil dulces y empezó a moverse para que su padre la deje en el suelo. Su padre la llevó a la sala donde estaba lleno de juguetes por todos lados para que ella juegue.

Había música infantil de fondo y él solo centraba la mirada en su pequeña lleno de orgullo, quien a penas tenía unos rizos en un marrón claro. No se molesto mucho en el peinado, no cuando no tenia demasiado cabellonpara hacer grander cosas, además Natsume era difícil que este quieta, Utahime le aconsejo que la distrajera con algo si es que debía peinarla o que le pidiera a la niñera que lo haga, pero él no se iba a rendir así como si nada, asi que cuando los dos se despertaron le dio un juguete y comenzó su odisea, simplemente la peino y tomo cabello de arriba, le hizo dos ponytales altas atadas en dos moños de color rosa dejando que el cabello de en medio esté suelto, el cabello de bebé era muy fino, e intentó que no se le caiga, resultó todo un éxito.

—¡Natsu, oye Natsu, mira a papá!—Y sacudió un sonajero.—¿Cómo me llamo yo?

La pequeña ignoro a su padre y se levantó para sostenerse con el sofá.

𝐇𝐈𝐋𝐀𝐋 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora