festival

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Debo dejar de escribir cosas tristes

No estaba seguro de la razón exacto de porque Dazai quiso ir a un festival, Ango solo sabía que lo dijo casi como una orden y siendo un jefe ejecutivo de la mafia tuvo que obedecer aunque no fuera lo mejor o lo más deseable, tenía mil cosas que hacer, esto de jugar al triple agente dejaba casi nada de tiempo para respirar, menos para los juegos de Dazai, pero opciones fue algo que jamás tuvo.

Estando ahí se esforzó por hacer todo acordé a la ocasión, consiguió una Yukata color verde oscuro, mientras iba al punto de reunión que era un puesto para medir la fuera física de las personas, en ese lugar escucho a un niño quejarse o bueno las quejas sonaban iguales a las de un niño, pero era Dazai molesto porque no podía conseguir el peluche de foca que quería.

— ¡Vamos Odasaku! ¡Por la foca! — gritaba Dazai quién llevaba una Yukata color negro con detalles en rojo, Ango llegó a preguntarse si ese color era el favorito de Dazai, que siempre parecía usarlo.
Por otro lado estaba Oda que iba con una color amarillo, mientras buscaba ganar el tan preciado juguete de Dazai, pero no había que tener que usar ningún poder para saber que el juegue estaba truqueado para hacer imposible el juego, eso se sabía, pero Dazai confiaba que la fuerza de Oda fuera suficiente.

No funcionó.

— ¿Van a seguir en esta cosa todo el día? — pregunto un poco cansado Ango, aún no empezaba a recorrer el lugar y ya se sentía agotado por ese par.

— Bueno madurar es aprender que no siempre consigues lo que quieres — dijo Dazai actuando como un adulto como nunca lo había hecho en su vida, claro eso fue antes de tomar la foca de peluche por la fuerza para luego salir corriendo con Oda detrás suyo mientras gritaba,— ¡Pero eso de madurar es para las frutas! —.

Fueron segundos para que Ango reaccionara y saliera corriendo, tuvo suerte de que el dueño del puesto tuviera una reacción un poco más lenta, aunque en su defensa, ¿Cuántas veces ves a un muchacho con el aspecto de una momia robar un peluche de foca?.

***

Ya bastante lejos, con las Yukatas desordenadas y exhaustos pudieron detenerse a respirar.

— ¡Misión exitosa! — grito Dazai, Oda asintió mientras se recargaba en una pared, la verdad ya no estaba en la edad de tener tanta energía,— Misión exitosa, ni un demonio, ¿¡Te das cuenta que robamos!? — pregunto molesto Ango, parecía ser que nadie notaba el problema en la situación, pero Dazai levanto los hombros,— Somos mafia — fue su única respuesta antes de irse con su premio a seguir recorriendo el lugar con ayuda de Oda quién no le importaba la situación, Ango los siguió, estaba en desacuerdo en la forma como se hicieron las cosas, pero por la misma razón que ellos dos seguían en su vida, siguió como si nada.

***

La siguiente cosa fue ir a la comida, está vez Ango se encargo de pagar, no quería pasar esa noche corriendo de un lado al otro como un lunático.

— ¡Deja de jugar con la comida! — ordenó Ango, pero Dazai lo ignoro y siguió fingiendo que su brocheta de salchipulpos era una espada, sino fuera porque conocía su vida en la mafia pensaría que era un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, por otro lado Oda seguía sin decir o hacer nada para detenerlo, es más en algún momento también empezó a jugar con el y lo dejo ganar.

***

Después fueron a los juegos mecánicos, su última parada sería la rueda de la fortuna para ver los fuegos artificiales, por mientras subieron a una montaña rusa, Ango ni loco quería hacerlo, pero Oda eligió el juego y Dazai lo apoyaba al 100%.

Inicio bien, una subida lenta y constante, hasta la parte de la bajaba, en donde Ango sintió como su sangre se iba de su cuerpo.

Grito como si no hubiera un mañana, casi hasta el punto del desmayo, la mayoría era un, — ¡Quiero bajar! — y un, — ¡Paren esto! —.

Dazai se la paso levantando las manos mientras gritaba de emoción, por otro lado Oda apenas si se inmutó, le gustaban esos juegos, más que nada porque con su poder las imágenes eran tan caóticas por la velocidad del juego, era un tipo de diversión especial que solo el podía disfrutar.

Subieron a más juegos, los carritos chocones, no supieron cómo Dazai fue en reversa hasta chocar contra la pared, Ango seguía un plan de no ser golpeado, por desgracia la forma constante de Dazai de chocar lo afecto también, aunque por primera vez no fue a propósito, realmente no sabía cómo usar su carrito.

Oda creyó que estaban jugando entre ellos así que choco con los dos, y a veces era el el responsable de sacar de los atorones a Dazai.

Llegaron a conseguir peces dorados de un lugar que los ofrecía si lograbas sacarlos del estanque antes de que la red se rompiera en pedazos, fallaron todos y al ser peces no pudieron hacer el truco de robarlo.

La parte de los fuegos artificiales fue la más divertida, fue un hermoso espectáculo con luces de todos los colores posibles.

***

Ya de regreso tenían a Dazai dormido en el asiento de atrás del auto de Ango.

— Parece un niño pequeño que regreso del parque y no el demonio de la mafia — comento Ango, pero Oda lo miro extraño,— Creo que Dazai es un niño, tal vez su mente sea mejor que la de un adulto y su cuerpo también sea ya el de un hombre, creo que si existe el alma o la esencia de alguien la de Dazai es la de un niño... Uno muy asustado... — eso último lo susurró mas para si mismo,— ¿De que tendrían miedo? — pregunto con un tono sarcástico, a lo que Oda levanto los hombros,— Los niños que cuido les da miedo hasta su sombra, entre más saben más miedo tienen, imagina un niño como el que lo sabe todo de todos, ¿A qué no le tendría miedo? — esa fue respuesta, el resto del camino siguieron en silencio.

Ango no podría pensar en Dazai como un niño, era una persona adulta... O más bien un demonio vestido de persona, aunque actuará como un niño no lo era, porque los niños son frágiles y Dazai no podía serlo por su trabajo.

***

El día que Oda murió, Ango supo que Dazai era un niño pequeño intentando ser valiente.

bungotober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora