Dodici: Límites

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Sábado 9 de marzo de 2019


Fiorella


Franco ya me está esperando en el auto cuando salgo de mi cita con el psicólogo.

Desde el día que me atacaron, Massimo no deja que esté sola para nada. Está como loco buscando un guardaespaldas para mí, pero no se anda con cuidado. Ha reforzado la seguridad de la casa. No hay rincón en toda la propiedad que no esté resguardado por hombres con armas, además de instalar más cámaras que son monitoreadas las veinticuatro horas. Eso, en parte me tranquiliza, ya que así el psicópata que está detrás de mí no podrá acercarse más.

La preocupación de Massimo ha llegado a tal grado que quiso que Johan se quedara como mi guardaespaldas, hasta que encontrara a alguien para mí, mientras que él se podría quedar con Hugo. Pero yo conozco la dinámica que tienen Johan y Massimo. Además de Ethan, él es la única persona a la que le confía su vida y los asuntos de la mafia. No quiero que cambie todo solo por mí.

Es así como ahora Franco y Hugo están pegados a mí como una sombra. Tengo que admitir que ha sido poco mi trato con este último. Hasta hace poco que estuve conversando con Franco, fue cuando me enteré que Hugo es su primo. Su padre es hermano menor del de Hugo. Crecieron juntos en Alto Santo, una ciudad en Brasil, hasta que al crecer, decidieron viajar hacia Estados Unidos para tener una mejor calidad de vida. El padre de Hugo, Santos, fue el primero en casarse y formar una familia, seguido por Jande, el padre de Franco, quien después de años se casó con una mujer que ya llevaba tiempo residiendo en Nueva York con su familia. Después de la muerte de su padre, debido a un ataque al corazón, Hugo no contaba con su madre, quien murió al darlo a luz. Así que fue acogido por Jande y su familia. Hugo y Franco son prácticamente hermanos, de hecho, gracias al que ahora es mi guardaespaldas, es que Franco obtuvo su trabajo en la casa D'Amico. Mientras que Franco es un hombre extrovertido que nunca para de hablar y mostrar una sonrisa, Hugo es un témpano de hielo. Lo ves, si quiere que lo veas. Tal vez es por eso que aún no termino de adaptarme a su personalidad, y probablemente a él no le cae bien la mía.

Franco se detiene cuando la luz del semáforo se torna roja. Sube un poco el volumen de la radio y se pone a tararear la melodía de lo que creo que es "Lover" de Taylor Swift, ganándose un gruñido de molestia por parte de Hugo. Cuando me giro hacia la ventana y veo hacia la calle, casi creo que estoy teniendo alucinaciones, porque no hay forma de que mi hermana aparezca frente a mí. Justo a unas calles del consultorio al que asisto cada semana, sin saber que una de las personas que se encargaron de hacer los últimos tres años de mi vida, un infierno, esté tan cerca de mí.

—Pía —susurro.

Ella se encuentra en la esquina de la calle sin siquiera percatarse que yo estoy a unos metros. Voltea hacia todos lados —sin reparar hacia mi lado —, como si buscara algo. Luce desesperada y ansiosa. Yo solo la observo sin saber qué hacer, qué pensar, cómo sentirme al respecto. Quiero acercarme a ella y gritarle. Quiero escupirle en la cara todo lo que ha causado en mí. Quiero reclamarle el haberme tratado como lo hizo. Quiero mostrarle que a pesar de lo que ella y Daniel me hicieron, ahora puedo ser feliz y tener una mejor familia. Quiero odiarla, pero el único sentimiento que tengo hacia ella ahora mismo es lástima. Se encuentra más delgada, y puedo notar que su tono de piel bronceado ya no está. Ya no luce arreglada ni guapa como siempre lo hacía, ahora lleva un atuendo que ni siquiera creo que sea de ella. La tela se ve desgastada y decolorada.

—Fiorella ¿Te sientes bien?

Salgo de mi ensoñación cuando Franco se dirige hacia mí. Mis ojos se topan con los suyos a través del retrovisor, los cuales me miran con un atisbo de preocupación. Es ahí cuando noto que ya estamos avanzando, logrando que pierda de vista a Pía.

Massimo "Pasión y Caos" (Familia Peligrosa I) // NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora