Otto: Al Mando

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Viernes 1 de febrero de 2019



Massimo


—Buenos días, Señor D'Amico. Sus socios ya se encuentran esperando en la llamada en la sala de juntas.

Le doy las gracias a Dara, mi secretaria. Le pido que prepare todos los documentos que deba revisar y firmar, y los deje en mi escritorio. Ajusto mi traje mientras me encamino a la sala de juntas donde mis "Socios" me esperan. Una vez instalado detrás de la pantalla, me topo con algunos de mis aliados de las mafias de todo el país.

—Una disculpa por la demora, señores. El tráfico aquí es horrible.

—No te preocupes, solo discutíamos las últimas noticias ¿Sabías que Gavin se casa por tercera vez este fin de semana? —Lukyan Villan, el Don de Detroit es el primero en hablar. Las risas de los hombres frente a mí resuenan en la computadora, burlándose de Gavin Clow, el Don de Nuevo México, quien ha encontrado el amor por tercera vez. Conocí a su novia en la fiesta de año nuevo. Una pelirroja que lucía un poco más joven que él. Para tener cuarenta y cinco años, Gavin siempre se ha caracterizado por tener a mujeres extravagantes a su lado. Aunque no pueda mantenerlas a su lado por más de seis meses, según sus últimas dos esposas.

—Bien dicen que la tercera es la vencida. —Dionisio Rawson, Don de Washington es el siguiente en burlarse.

—¿Tan poca fé le tienen a mi prometida, muchachos? —Gavin sale a defenderse —. Natasha es una mujer inigualable.

—E inigualablemente la dejarás antes de que termine el año.

—Ya dejen el chisme, señoritas. —Cyrus Hyde, Don de Florida interrumpe la conversación con su característico ceño fruncido, cruzado por una prominente cicatriz en el lado derecho de su rostro —. No hay que perder más tiempo. Vamos a lo que nos interesa ¿Cómo ha ido el asunto de los intrusos? Nos enteramos de que ya han sido varios.

Cierro mis manos en puño, sintiendo la creciente molestia dentro de mí..

—Han intentado adentrar mercancía en nuestro territorio, queriendo mandar en los clubes que son de mi propiedad. Pero ya hemos erradicado el problema. Después de elevar las medidas de seguridad y usar extrema violencia ante aquel que hubiese atentado contra nosotros, todo ha vuelto a la normalidad.

—¿Y nosotros? ¿Debemos preocuparnos? —inquiere Rowdy Kuffo, Don de California. Una de las mejores conexiones que tiene la Organización. Muy efectivo en cuanto a estrategias de movilización de mercancía por tierra.

—Para nada. He solicitado informes a los Topos que están en diferentes estaciones de policía, y hasta ahora no ha habido reporte de enfrentamientos o llegadas de camiones con mercancía en las afueras de la ciudad, puertos o demás fronteras. Creo que lo que pasa es que alguien se estaba metiendo solo conmigo, una treta de muy mal gusto —explico con tono serio.

Todos comienzan a murmurar, lo cual causa irritabilidad en mí. Por este descuido que tuve, me he mostrado débil ante mis aliados. Nadie se ha atrevido a meterse conmigo. Todos saben que el tenerme como enemigo es una sentencia de muerte que avanza con el reloj. Debes ser muy estúpido para siquiera intentar atacar mi territorio. Todo mi imperio de drogas, armas y dinero lo he construido tanto con el respeto que me he ganado de las personas que me apoyan, como con el terror que he infundido en los que han querido verme derrotado.

—¿Necesitas apoyo por parte de nuestra seguridad? Estoy haciendo tratos con un alemán y tú sabes lo forrados que están esos tipos de armas —se ofrece Blas Lenz, Don de Hawái

Massimo "Pasión y Caos" (Familia Peligrosa I) // NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora