La chica oscura se enamoró de ellas

14 Un acuerdo y dos mitades

Nos habíamos quedado dormidas perdiendonos el almuerzo, al abrir un poco los ojos, desperté y sentir el calor de un cuerpo a mi espalda, pensé que me había dado vuelta quedando de espaldas a Nova, pero la veo frente a mí, aún dormida.

—Yo también quiero ser llamada mi amor —dice la rubia a mi espalda besando el costado de mi rostro y cuánta piel se interpusiera entre nosotras— las extrañé demasiado —acaricia el brazo de Nova dormida— tomó el primer vuelo apenas le dije que viniera, no quería que te quedarás esperando. Debe estar agotada.

—Pero me dijo que no podías venir.

—No podía y no debería estar aquí —sonríe—. Me da igual, no me iré a la quiebra por faltar a una aburrida reunión y por un trato.

—¿De cuanto era el trato?

—100 millones —voltee rápidamente.

—Úrsula 100 millones de dólares ¿Dejaste un trato de 100 millones?

—Con dos dedos dibuja el contorno de mi rostro— Era más importante estar con ustedes aquí y ahora. Quizás sea la última oportunidad que tenga de estar cerca de las dos, así hubiera sido un trato de 100 billones, hubiera dejado esa reunión cómo hice, tomando un vuelo para venir acá cómo hice, para estar dónde de verdad quería estar.

La besé ¿Cuánto más podría enamorarme de ellas? No lo sé, hasta ahora no hay tope y yo preocupada por que la gente nos mira mal y ellas dejando todo para tomar un vuelo y venir hasta a mí.

—Quiero... las quiero en mi vida, las quiero a ambas, no me importa lo que diga la gente, no me importa que nos miren mal, yo quiero estar con ustedes.

—Y nosotras queremos estar contigo —Nos sorprendió Nova hablando pegándose a mí por la espalda—. No sé Úrsula, pero yo ni siquiera he logrado dormír bien desde la última vez que nos vimos.

—Yo tampoco logré conciliar el sueño sin ustedes —en plural, dijo la rubia.

—¿Qué haces aquí? ¿No tenías que cerrar un trato?

—Más importante era estar acá.

—No te acostumbres Úrsula, en cuanto salgamos de acá no seremos las tres —Nova se levanta al baño y la tristeza inunda los ojos de la rubia.

—Lo siento.

—Más lo siento yo —se levanta y me extiende la mano— deberíamos bajar a comer algo. Tengo hambre —toma su antifaz.

—Amor ¿En que trabajas?

—Ella sonríe— Me encanta cuando me dices amor —me besa— bueno mi familia más que nada es dueña de una empresa de autitos.

—BMW no es una empresa de autitos y ser socia y accionista, no es poca cosa —dice Nova de cepillándose los dientes— ¿Bajamos a comer? Muero de hambre.

—Dios mío y tú —miro a Nova— ¿En que trabajas?

—Tengo cadenas de restaurantes... por el mundo.

—Y hoteles y una línea de ropa. Dí todo.

—Bueno y eso ¿Podemos ir a comer? De verdad estoy rayando en el mal humor por falta de comida.

Yo totalmente sorprendida y ellas mostrándose totalmente naturales, se visten y calzan usando sus antifaces ¿Si ellas tienen todo eso? 5 millones para esta gente es un vuelto ¿Los demás de que serán dueños? Imaginé que eran peces gordos, pero esto va más allá de mi imaginación.

—Alexandria hay personas con más dinero que nosotras aquí adentro. Ahora ¿Podemos por favor movernos a comer algo?

—Vamos —Úrsula besa mi cabeza y toma mi mano.