20 No exagero mi dolor

450 65 18
                                    

Ya sé seguro piensan que exageré, pero es mi dolor y me duele a mi, si ustedes hubieran estado, si tan solo hubieran visto la expresión de Nova al decir lo que dijo, me sentí diminuta, me sentí herida y me sentí cómo una extraña en sus vidas y en realidad, lo soy, lo era. Me habían conocido de una manera rara y algo voyeurista, los primeros contactos no habían sido con mucha alegría de mi parte y sí, yo me había quedado en un principio por dinero, soy humana y 5 millones de dólares es tentativa suficiente para que alguien se lo piense dos y hasta tres o cuatro veces antes de rechazar una propuesta así. Pero yo me había enamorado, las amo y no me pareció correcto usar lo que "gané".

—¿Nos puedes contar que pasó y porqué estamos tomando un vuelo a Estados Unidos?

—Novalí piensa que soy una interesada que solo estoy con ellas por su dinero y que anduve haciendo turismo cuándo fui por ustedes, usándolas a ellas para financiarnos el viaje —me seco el agüita de la nariz.

—Bueno en un principio estuviste con ellas por 5 millones y saliste de la mansión junto a ellas y ese dinero. Después te has ido de viaje a buscarnos por el mundo y te has marchado de la casa de sonriente con nosotras y sus 5 millones. Tal vez desde el punto de vista de roja puede verse así.

—No toqué ni un centavo de ese dinero, ni de todo el dinero que me han pasado a otra cuenta. Cada vez que quería tomarme un café pagaba con lo que iba generando con mis trabajos on line. Viajar tan seguido no me permite asentarme y buscar trabajo en algún lado —haciendo reflexión un momento, respiro callada pensando— ¿Piensas que exageré? —sigo con algo de sollozo, siento los ojos hinchados.

—No voy a minimizar tu sentir, pero quizás si exageraste un poquitito. Aparte la rubia no tiene nada que ver, ella en ningún momento dijo que pensaba eso ¿O sí?

—No.

—Entonces deberías volver al menos a su casa y hablar con ella, porque aquí solo veo que están pagando justos por pecadores —tiene razón—. Toma, llámale que debe estar preocupada por tu huida, la paciencia que debe tener la rubia con ustedes, yo mejor le construyo una iglesia y le rindo culto —rei—, anda toma el teléfono y háblale. Nos hiciste seguirte y estamos agotadas era muy temprano para tanto drama —me da un golpe en la frente—. Sabés que no me gusta que me molesten hasta después de una o dos horas y mira al niño, tiene hambre y yo, tengo hambre, sueño y ganas de cagar, la leche está haciendo de las suyas.

—Se levanta corriendo al baño— ¿Tú que dices? —le pregunto a Bernabé.

—La loca rara tiene razón y me sorprende, que sea tan pensante. Si quieres que vamos a estados unidos, iremos contigo, pero no me parece correcto que Úrsula pague los platos rotos de Nova.

—¿Puedes ir a cambiar los pasajes para dentro de unos días? —ella sonríe asintiendo.

Le llamé del teléfono de Margot que ella le había regalado para que estuvieramos comunicadas, y atendió en el primer timbre que sonó. Le hablé con la voz algo trémula y en 20 min estaba en el aeropuerto. Bernabé consigue cambiar los pasajes a pasado mañana y Margot vuelve con una expresión de alivio, río cuándo escucho a un guardia pedir gente de limpieza en el baño 15, a dónde había ido mí amiga.

Sin hacer preguntas subimos al auto, ella me toma la mano mientras maneja con la otra, quizás teme que vuelva a irme. Llegamos a casa y es un alivio para mí no ver el auto de Nova, no tengo ganas de tener una conversación con ella ahora. Las chicas bajan y nosotras nos quedamos en el auto un rato.

—Ella se puso cómo loca cuándo se fueron y sin poder contactarte, más todavía —yo agacho la cabeza.

—Para qué quería saber dónde estaba la persona que según ella se aprovecha de su dinero.

—Sabes que no es cierto lo que dijo, que habló enojada cómo tú ahora. Mírame amor —yo subí la mirada aún con los lentes de sol puestos, que ella me sacó despacio— sé que se aman. Yo hablé con ella... bueno más que hablar puede que me haya enojado también y le haya gritado. Toma —me da mi teléfono— llámala cuándo estes lista y arreglen las cosas.

—¿Y sino quiero? Sino quiero volver a ver a verla, ni a saber de ella, ni hablarle. Ella piensa que estoy con ella por lo que tiene, cuándo yo estoy con ella por quién es. Me da igual su cuenta bancaria.

—Lo sé, se que nos amas por quienes somos y por eso no creo que no quieras volverla a ver. Las personas cometemos errores, ella cometió uno y no merece ser castigada tan duro por eso. Aparte, ambas sabemos que la amas, tanto cómo yo aún la amo, y que estar separadas nunca ha sido fácil, para ninguna de las tres aunque ella jamás lo admita. Una cosa más, no quiero el dinero de vuelta y de verdad no voy a discutir sobre ese tema, esta es mi última palabra y es definitivo. Ahora vamos adentro, pidamos pizza que con tanto ajetreo ya me dió hambre.

Pasaron tres días, y Nova le llama a Úrsula para saber sobre mí, me devolvió lo que le pasé y en el motivo puso: "perdóname por favor". Las chicas se fueron a Estados Unidos para empezar con el proyecto con ayuda de personas que se encargan de esas cosas, que contrató Úrsula.

Las cosas no han cambiado yo sigo ocupando lo que gano con mi trabajo. Al principio lavaba y ocupaba la ropa que tenía que constaba de tres remeras y dos leggins desgastados, más el único par de zapatillas, usaba uno lo lavaba, esperaba que se secara y me lo volvía a poner.

—¿Seguirás con la misma actitud ridícula de usar solo tus cosas viejas?

—Sí, y no es ridículo, es hasta que pueda ir comprandome más ropa.

—¿Qué tiene de malo lo que te regalamos con Nova? —la miro— ay mi amor, te debo de amar mucho muchísimo para soportar tus caprichos y a Nova también, a esta altura hubiera perdido la paciencia hace rato.

A los días mientras yo me bañaba tocaron el timbre de casa y atendió ella. Cuándo salí de bañarme no estaba mi ropa, asi que bajé en ropa interior al living, dónde hay un montón de bolsas, ropa y cajas. Ella sentada tomando café y leyendo un libro, alza la mirada al verme frente a ella en ropa interior y se muerde el labio inferior, obligandose a mirarme al rostro, mientras cierra el libro.

—¿Sabés dónde está mi ropa?

—Los trapos en la basura.

—Úrsula porqué tiraste mi ropa.

—Se levanta y camina hasta quedar frente a mí— Vamos a dejar algunos puntos en claro Alexandria —me trae a ella por la cintura pegándome a su cuerpo— en primer lugar y aunque discutamos y bajo cualquier punto de vista, para ti, soy amor o cualquier apodo de cariño, Úrsula me llama la gente en general y tú no eres la gente, eres mi amor, mi vida, mi corazón, mi cielo —me besa fuerte—, en segundo lugar, amo tu carácter y esa forma de ser tuya, pero lo que tú y Nova comparten y a veces me hace perder los estribos es su terquedad. Compré toda esta ropa para ti, zapatos y demás, es un regalo y es de mala educación devolver los regalos. Así que sino quieres andar solo en ropa interior, que aclaro no me molesta para nada —sonríe— usaras lo que acabo de regalarte. Ahora —me besa— voy a bañarme, te amo.

Me dejó frente a todo eso, repito es muy exagerada para comprar. Abro las bolsas y mínimo hay tres o cuatro prendas de ropa por cada bolsa, la mayoría de lo que hay me gusta, cosa que no me sorprende. Me cambió colocándome un buzo rojo con capucha y un jean rasgado con unos tenis nuevos blancos.

—Ufff creo que me encanta esa caperucita roja —sonrío.

—No me dejaste muchas opciones. Lobo feroz.

—Va a ser una semana amor ¿Cuándo piensas hablar con ella? —me abraza por atrás— viajemos mañana a verla.

—Supongo que no es pregunta.

—No, no lo es. Ya te dí tiempo y a esta altura Nova no está ni durmiendo, ni comiendo bien. Las conozco. Tú tampoco has dormido bien estos días, ni comido bien tampoco ¿Crees que no me he dado cuenta de las veces que ves su chat, su perfil, o de las veces que te levantas en la noche y abrazas la campera con su perfume? Esa que guardas en el último cajón.

—Viajemos pero no le digas que vamos —por si me arrepiento a último momento.

—Está bien. Prepara una valija mañana salimos a verla.

La chica oscura se enamoró de ellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora