At the same place

Capitulo 17

Lo encontré! Lo encontré!

Giré mi cabeza para mirar a Perth, quien caminaba hacia nosotros casi dando brincos.

Encontraste que ...

¡No van a creer lo que acabo de encontrar...!

Perth nos miró a Zee y a mi mientras desayunábamos en la barra de la cocina.

Suéltalo ya, chico brujo! -solté yo, mientras mordía un pedazo de pan tostado-

Perth le dió una mordida enorme a la manzana que Zee sostenía y luego se limpió la boca con el dorso de la mano para por fin pronunciar algo.

En-con-tré la manera de que Bai y Saint habiten al mismo tiempo el cuerpo de Saint.

Separó ambas manos a la altura de su cabeza y agitó las manos hacia nosotros, refiriéndose a eso como el mejor hechizo del mundo.

Zee y yo nos miramos con el seño fruncido al no entender el por qué y para que funcionaría el descubrimiento de Perth. Él, al ver nuestras caras, hizo una muñeca de obviedad y recargó ambas manos en su cintura para explicarnos.

Baifern, ¿recuerdas que te sentías culpable por tener intimidad con Zee?... Pues, este hechizo les permite a ambos estar en un mismo cuerpo por un determinado lapzo de tiempo.

Sin permiso, mis mejillas se empezaron a enrojecer progresivamente. En cuanto me di cuenta, llevé ambas manos a ellas y miré alternativa a ambos guardianes.

¡Oh! Perth, Saint te está escuchando -sonreí con ternura-

¡Excelente! -Perth se sentó a un costado de Zee, quien continuaba mirándolo con odio por haber manoseado su desayuno- Saint, Bai, con este hechizo ambos podrán estar presentes en un determinado momento en el mismo cuerpo. Y ya que Saint se siente tímido cuando mencionamos el tema del sexo, Bai puede apoyarlo internamente y ambos pueden desfrutarlo.

Perth, orgulloso de su descubrimiento, esperaba mi respuesta. Yo solo atiné a mirar a Zee quien seguía desayunando pacíficamente.

Si lo piensas bien, es una idea demasiado viable. Ambos lo disfrutan y se apoyan mutuamente.

¿Crees que quiero ver a mi hermano tener sexo con otro hombre? ¿Crees que soy una pervertida? -le arrojé con indignación mi servilleta hecha bolita y me cruce de brazos con una mirada fulminante.-

Zee alzó la mirada para vernos y soltó una risita burlona.

Perth, olvidaste que los humanos nunca sacan a relucir sus más "oscuros" pensamientos -cuando dijo "oscuros" encogió y estiró varias veces los dedos índice y medio de ambas manos- ni en sus más locas fantasías admitirán que les gusta lo que la sociedad llama blasfemo.

¿Disculpa? Era una prostituta, viví más cosas de las que hubiera querido ver y hacer. No me vengas con tus sermones de anciano sabio. -hice bolita otra servilleta y se la arrojé, atinandole al pecho-

Perth se rió divertido y negó con la cabeza varias veces. Soltó un chasquido con la lengua y me miró divertido.

Aún trabajando en ese lugar, no haz experimentado ni la mitad de cosas que hay allá afuera, Baifern. -alzó las cejas fugazmente y sonrió malicioso-

Ese comentario encendió mi sentido competitivo. Si bien era cierto que de ellos había salido decir que su comportamiento "inapropiado" los había hecho ser castigados por los grandes brujos, una vida entera de mi lado me respaldaba. Lo siento pero, no iba a perder contra estos tipos acerca de quien era el más experimentado.