Sentí un ligero cosquilleo en mi brazo, no podía moverme para revisarme, pues estaba pegada completamente en mi cama, no podía abrir mis ojos, pero empecé a visualizar una escena, dónde me encontraba en mi antiguo lugar de trabajo, luego, un sonido agudo llenó mis oidos. Habían apagado mis sentidos.
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— Muévete dulzura, si no quieres que entierre mi tacón de aguja en esa cara de niña tonta —
Aparté a una novata de enfrente y seguí con mi caminó hacia la oficina de "mi jefe". Estaba tan enojada que realmente le enteraría a alguien sea quien fuese mis dos zapatos.
Llegué a la oficina y giré la perilla. Cerrado, giré los ojos y rápidamente busqué en el marco de la puerta. ¡Bingo! Seguía ahí la llave de respuesto que ese tonto había guardado. Introduje la llave y abrí, encontrándome con unas bubis operadas siendo restregadas en el escritorio y un tipo desagradable encima de ella.— ¡Sal de aquí, silicona! !Ya! —
La pelirroja se levantó y me enseñó el dedo de en medio, mientras gemía como loca.
Mi paciencia se agotó y noté que su bolso se encontraba tirado, lo cogí con una mano y con la otra saqué la navaja que traía entre mi pecho, apuntando la y rasgando a lo largo del accesorio.— ¿Que diablos te pasa, idiota? —
La chica empujó con todas sus fuerzas a mi jefe y corrió hacia donde yo estaba. Le apunté con mi pequeña y lancé lejos su pertenencia.
— Lárgate de aquí si no quieres que la próxima cosa que rasgue sea tu rostro operado—
La tipa se tornó pálida y como flash se vistió, tomó su bolso y corrió hacia afuera, dejandonos solos.
— Jajaja no creí que te hicieras tan amiga de de la navaja que te regalé en tu primer cumpleaños dentro. Cada día me impresionas más. —
Joss subió la cremallera de sus pantalones y aplaudió un par de veces.
— ¿Pero que carajos te pasa? ¿Esa maldita cabeza tuya está funcionando bien? —
Estaba muy enojada con el que sin darme cuanta le estaba apuntando con la navaja.
— ¿Por qué le dijiste a esas estúpidas que divulgaran enfermedades ficticias de mi? ¿Sabes cuantos clientes estoy perdiendo por tu culpa? ¡¿Lo sabes?! —
Joss terminó de abotonar su camisa y se sentó en su gran silla. Rió al escuchar mis reclamos y entrelazó ambas manos frente a el.
— A ver, a ver, cálmate y modera el tono con el que me estás hablando. Te permito muchas cosas pero no que me levantes la voz.—
Traté de calmarme y apreté mis puños. Fruncí el seño y recargue ambas manos en su escritorio.
— Soy la que más aporta en este maldito prostíbulo de mierda ¿Por qué demonios hiciste eso? ¿Estás loco? —
Joss me miró fijamente y sin pestañar, luego se recargó en el respaldo de su silla y jugueteó con sus pulgares.
— Ya no voy a necesitarte aquí, Baifern —
Mis gestos de confusión salieron a relucir y lo miré esperando más información.
— Lo que quiero decirte es, que eres libre de hacer lo que te venga en gana... Pero fuera de mi alcance. Estás despedida.—
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At the same place
Mystery / ThrillerAlguna vez se han preguntado ¿Qué clase de persona serían si fueran del género opuesto? No es válido contestar que la misma, porque por algún u otro motivo siempre resultamos ser diferentes a como pensábamos. Pues bien, algunos descubren ese secreto...