Capitulo 12

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- Antes de que los mayores acudieran al lugar a conocerlos, tu madre... Ella nos ordenó alejarte lo mas posible de ese lugar... En ese entonces Jennie trabajaba con Phailin, la madre de ambos. Ella te cuidó y velo por ti durante todos estos años... -

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Saint tomó mi mano sosteniéndola firmemente, por mi parte, sentía mi pecho arder y una furia extraña se acrecentaba dentro de mí.

- Jennie me mintió... -

Todos enfocaron su atención en mi.

- Ella... Ella me dijo que mi madre me había abandonado... Y tú -

En ese momento, hubiera querido que mis ojos fueran cuchillos afilados para poder lastimar a Perth con la mirada.

-Tu me mostraste una visión diferente. El día que escape de Zee y me encontré contigo cerca de mi casa... ¿No pudiste haberme dicho toda la verdad ese día? ¿Eh? -

Perth agachó la cabeza para evitar seguir viéndome. Estaba tan enojada que tuve que ponerme de pie, los guardianes se pararon frente a la puerta para evitar una posible huida como reacción.

- Escúchenme. Nos prohibieron decirles la verdad, es más, ni siquiera deberíamos estar teniendo esta conversación ahora. Bright no debió haberte encontrado en ese lugar, el no debía saber de tu existencia aún... -

Zee colocó su mano en el hombro de mi hermano y en el mío. Mis puños empezaron a doler de tan apretados que estaban así que estiré la mano y por nueva cuenta tomé la de Saint para sostenerla fuerte.

—Sueltame, Zee —

El tono de Saint era de enojado y reproche.

-No queremos hablar ahora con ustedes. Salgan de aquí. -

Perth y Zee nos dieron una cara sorprendida al escucharnos hablar a la par las mismas palabras. Uno de ellos suspiró profundo y tomó al contrario para irse de la habitación. Luego de escuchar el "click" de la puerta, Saint y yo nos miramos y no pude evitar abrazarlo.

- Creo que está resultando un vicio abrazarte, pequeño. -

Él me sostuvo aún más fuerte y acarició mi cabeza.

- Nunca creí que tener una hermana que cuidar fuera lo mejor del mundo...-

Permanecimos así unos minutos más hasta que nos separamos y tomamos asiento sobre la alfombra que había en la habitación.

— Entonces... Tu y yo fuimos separados por una buena razón... —

Lo miré y sonreí de lado sin mucho ánimo.

— Así parece...—

— Saint... crees que... Tal vez puedas contarme ¿Cómo es... Cómo es... mamá? —

Saint suspiró y miró hacia el piso, formando una línea recta con los labios.

— Ella... Viaja mucho. Es dueña de varios centros comerciales en Birmania y Singapur, así que tiene que ir constantemente a revisar el progreso de su administración. —

Rasqué mi nuca y empecé a morder mis uñas.

— De casualidad... ¿Tienes alguna foto de ella? —

Yo se quedó pensando un momento, luego chasqueo los dedos y sacó su móvil.

— Hace seis meses estuvo conmigo en casa. Yo no estaba muy emocionado respecto a eso pero Zee nos obligó a sacarnos una foto a ambos... Por aquí debe de estar.—

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