Capítulo 1

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- Mariposa – Dijo Mila, moviendo los hombros de Mariposa intentando despertarla.

- Dos minutos más – Contestó balbuceando.

- Bien, si tanto insistes – Le dio la espalda, y justo cuando estaba por batir sus alas para que el aire derribe a Mariposa, vio entrar a Catania, quien se acercó a ellas.

- Aquí fue donde paso la noche, ¿Cierto? – Preguntó, con una evidente preocupación.

- ¿Qué? Para nada, durmió en su cama toda la noche, como dijo el médico, solo que se levantó temprano para venir a la biblioteca, debió haberse quedado dormida pronto porque no hace mucho de eso – Afirmo, mientras reía nerviosamente.

- Está bien Mila, sé que estuvo aquí, fui a visitarla anoche, pero no la encontré, así que supuse que quería su tiempo – Acaricio el cabello de Mariposa con gentileza, para después retirar el libro bajo su mejilla, despertándola al instante – ¿Medicina? ¿Estabas buscando una cura para la reina?

- ¡Catania! – Grito sorprendida – ¿Yo? Eh – Respiro hondo, y tomo algunos de los libros del escritorio – La verdad, estaba buscando otra cosa, algo más peligroso.

- Bueno creo que necesitan de un momento a solas, así que me voy volando, nos vemos luego – Mila se despidió de ambas con un abrazo.

- Entonces, si no buscas una cura, ¿Para que estas leyendo estos libros? – Pregunto Catania desconcertada, provocando un suspiro desalentador de Mariposa, quien hizo que ambas se tomaran de las manos.

- ¿Recuerdas cuando te conté como vencimos a los Skeezites?

- Sí, fue porque usaron los cardos que emitían luz.

- Exactamente. Catania, estuve pensando, y quizás si pudiéramos hacer que los cardos brillen nuevamente, entonces al menos podríamos garantizar un vuelo seguro desde Flutterfield hasta aquí, tanto por noche cómo por día; o incluso, podríamos averiguar si también funciona con algunas flores, así tal vez no tendríamos que abandonar el reino.

- Pero, ese brillo solo se consigue usando veneno – Catania retrocedió al cubrir su boca con sus manos – Mariposa, ¿Estas tratando de hacer ese veneno? Pero es peligroso, además, les costó mucho obtener la única cura que existía, ¿Qué sucede si alguien bebe de ese veneno?

- Sé que es un plan arriesgado, pero no veo otra solución, he leído docenas de libros, pero nada parece ser útil esta vez – Sus alas bajaron hasta el suelo, mientras que Mariposa cruzaba sus brazos – De cualquier forma, es inútil, los libros solo dicen que es un mito, no hay nada de información al respecto ni en estos libros, ni en los de Flutterfield – Se sentó abrazando sus piernas.

- No estoy de acuerdo con tu idea, sin embargo, confío en ti, y si crees que será lo mejor, entonces hare lo que este en mis manos para poder ayudarte – Dijo con una amigable sonrisa – La hada que lo hizo, Henna, por lo que me contaste era un hada muy inteligente, así que ¿Qué tal si echas un vistazo en su casa? Tal vez ahí encuentres lo que necesitas.

- Pero claro, Henna siempre fue una hada organizada, y su casa quedo clausurada, si consigo entrar, tal vez incluso encuentre los ingredientes – Se levanta deprisa, abrazando a Catania – Gracias, me estaba había quedado estancada.

- No hay de que, ¿Por qué no vas hoy? Aún es temprano, además es normal que la embajadora vaya a supervisar que la evacuación se realice correctamente ¿No crees? – Le guiño el ojo.

- Te prometo que regresare lo antes posible, te lo agradezco mucho Catania.

Con un abrazo ambas hadas se despidieron, sin embargo, Catania voló hacía la habitación real, donde ella y el rey atendían los asuntos del reino, encontrándose allí, al príncipe Carlos.

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