Un amor heroicamente malo// [Bl]

𝟐𝟒°: parque de diversiones

Era jueves después del mediodía, el día que Alex y Eric irían a ese famoso parque que había llegado unas semanas atrás y había traído mucha fama y éxito a la cuidad de Pixie (su ciudad). Y ahí estaba Eric, cambiándose de ropa. Se estaba poniendo para salir un yean suelto con algunas partes de color celeste oscuro y rotas, una remera blanca con el logo de una banda musical y unos zapatos que combinaban con la remera. Después fue a peinarse, y se hizo una cola de caballo con unos mechones cerca de sus orejas sueltos. Ese día era bastante caluroso. Y tenía que cuidarse así que después de ponerse protector solar, Eric se fue con una gorra en su cabeza. Antes de irse le aviso a su mamá.

—Ma, me voy al parque con Alex. ¿Sabés?

Mirta se quedó calculando lo que le había dicho su hijo.

—¿Alex...? —se quedó pensando— ¿El Alex tu novio?

Mirta estaba calculando eso, si era el novio de su hijo al que mencionaba. Capaz, en una de esas cosas de la vida, hablaba de otro Alex. Eric al escuchar la pregunta de su madre, asintió con la cabeza con una sonrisa leve para después retirarse de la casa e ir en camino al departamento de Alex. En el camino iba tomando una agua que había llevado. Era increíble el calor que hacían a esas horas del día, estaba seguro que en cualquier momento se empezaría a derretir por lo acalorado que estaba, pero para fortuna suya y de muchos más, ese día, más en la tarde estaba pronosticado menos calor y un estado nublado en el cielo. Si, se veían por ahí una que otra nube en el mismo cielo. Pero parecía que nunca se iba a nublar con ese calor que hacía. Pero las esperanzas de Eric no se iban, e intentaba ir por la sombra.

Más tarde, como media hora después, fue capaz de llegar al departamento de Alex, llegó acalorado y cansado. El calor lo cansaba y le quitaba mucha energía. Después de un largo trayecto para llegar al departamento, llego a su fin el mismo camino. Finalmente tocó la puerta del mismo, le abrió Alex. Él ya estaba con la ropa que se iba a poner, las cuales eran, una remera rojo carmesí suelta de mangas cortas, un yean claro suelto y unas zapatillas a juego con la remera. Ambos se saludaron amistosamente y Eric entró al departamento.

—¿Cómo estás? —le preguntó Alex. El cual aún seguía alistando algunas cosas que le faltaban para llevar.

—Yo estoy bastante bien, ¿y vos?

Eric se expresó con una sonrisa amigable en su cara. Era una sonrisa honesta. Se notaba muy emocionado y feliz por salir con Alex a pesar de aún seguir cansado.

—Para ser sincero, bien. Un poco nervioso. Pero bien.

Alex realmente lo estaba. Más que todo porque era su primera relación. Pero ¿por qué estaba así si ya llevaban un buen tiempo siendo pareja? Bueno, siendo medianamente sincero era la primera relación amorosa, aunque realmente era porque era su primera “cita” con alguien y no sabía que hacer ni que se hacía en esos casos. Nunca nadie le había dicho nada sobre eso. Solo había escuchado experiencias de primos que contaban en reuniones familiares, pero estaba seguro en esos tiempos de que no encontraría pareja nunca, así que no le prestaba mucha atención. Pero se imaginaba que era algo así como salir con un amigo o que era una junta “comun”.

Después de un corto rato de preparar lo que llevaría en una pequeña mochila, como agua fresca, gorra, billetera con plata, etc.; esperaron un rato para que baje el sol y después esperar a tomar el bus al parque. En el bus fue un largo trayecto y había en el mismo alrededor de 20 personas más y el viaje duro aproximadamente más de 20 minutos. Cuando llegaron a la entrada. Era increíble como se veía. Ocupaba un gran terreno baldío en las fechas que traían esa feria/parque. En el mismo había una montaña rusa no tan grande, una rueda de la fortuna, una casa del terror (que se habría de noche, juegos imperativos, ferias de comida y productos, etc. Era una vista increíble. Había mucha gente, innumerables y largas filas para los juegos y gente en los mismos. Para fortuna del la muchedumbre acumulada, había una brisa fresca que hacía una breve calma en el calor, que ya había bajado su intensidad.