Un amor heroicamente malo// [Bl]

𝟏𝟑°: la comodidad primero.

Un jueves por la tarde. El curso 1°-A junto con otros años estaban en la universidad en una reunión por temas de seguridad de la misma por incidentes que anteriormente habían ocurrido. En esa reunión no se habló mucho sobre la seguridad, solo sugerencias de tácticas de como los ladrones no podrían entrar a la universidad. La reunión fue bastante larga y duró aproximadamente poco más de una hora y media. Cuando finalmente termino todos fueron saliendo de la universidad. Salieron y se percataron que afuera había una fuerte lluvia. Aunque ese clima ya se había pronosticado así, la lluvia supuestamente llegaría mucho más tarde. Muchos afortunadamente habían llegado paraguas, como Eric. Pero muy pocos no, como era el caso de Alex, para la fortuna de los que no pudieron traer paraguas había un techito donde se podían quedar allí hasta decidir que hacer.

Eric no tardó mucho en darse cuenta de que Alex no tenía paraguas, así que decidió preguntarle si quería que el le preste su paraguas.

Eric se le acercó y le dijo:

—Oye, Alex, ¿no querés que te preste mí paraguas? —le pregunto— digo, por lo que no tenes uno. —agregó un poco avergonzado.

Alex giro su cabeza hacía su costado y lo miro.

—No, gracias, Eric —dijo sonriendo—. Prefiero que te enfermes vos a qué me enferme yo.

Eric lo miro a la cara confundido y Alex se quedó procesando que era lo que había dicho hasta que se dió cuenta.

—¡P-perdón! Era al revés —exclamó mientras se ponía rojo de la vergüenza—. Era: prefiero enfermarme yo a qué te enfermes vos —exclamó mientras lo agarraba de los hombros.

Eric después de eso se empezó a reír de el sutilmente. Alex no sabia como reaccionar, así que solo se quedaba viéndolo mientras se ponía más rojo. Después de unas cuantas carcajadas Eric lo miro y pudo una cara sorprendida y volvió a reír.

—¡Mírate! Estás todo rojo —dijo entre risas—, así si o si te enfermas —dijo mientras ponía una mano en su frente— ¡Y siéntete! Tu cara arde— rió.

Alex ante ésta situación no podía moverse de los nervios y solo sentía su corazón latir más y más fuerte. Cada vez se ponía más nervioso y su cuerpo no reaccionaba por alguna razón que el desconocía.

—Pero de verdad, Alex —le dijo Eric a Alex—. Toma. —extendió en su mano su paraguas.

—Ya te dije que no, Eric —rechazó Alex—. Yo vivo acá cerca, no es necesario.

Eric se quedó viéndolo con cara de que no le importaba.

—Mira. Si querés yo te acompaño para tu departamento —insistió Eric—, es para que no te enfermes.

—No, no, Eric —volvió a rechazar Alex—. No insistas porque te voy a seguir diciendo "No".

Eric al rato por fin le dejo de insistir a Alex y dejo que se fuera debajo de la lluvia, ¿que iba a hacer al respecto? El de igual manera seguiría rechazando las propuestas de Eric.

Mientras iba en camino a su casa se percató de que en la conversación que tuvieron Alex se había preocupado por el. Ante ese pensamiento se sorprendió, no sé lo podía creer, incluso llego a pensar que fue una alucinación, y aparte ¡Le sonrió! Eric llego a su casa totalmente confundido, «¿Que se supone que pasó allá?» pensaba en su interior. Intentaba no parecer pensativo.

—Hola, hijo, ¿cómo te fue en la reunión? ¿De que se habló allá? —preguntó la mamá de Eric que se encontraba en la cocina.

—Bien, ma. Hablaron de los robos de ahí y como evitarlos con tácticas. —le dio una breve explicación a su mamá.