𝟐𝟓°: mafia.

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Era una noche de intriga y soledad en la Ciudad de Nueva York. Casi nadie rondaba por las calles. En los últimos días en la cuidad habían ocurrido muchos asesinatos y/o desapariciones, la gran mayoría ocurrieron en la noche. Los provocadores no los tenían ubicados por muchas razones. Entre una de esas estaba el hecho de que usaban máscaras que impedían ver el rostro de ellos. Se decía que era un grupo separado. O sea, integrantes de la misma secta o mafia pero que trabajaban por separado. Sabían que pertenecían a la misma secta porque en todos los avistamientos de los mismos o en los encuentros de las víctimas dejaban y traían puesto el mismo símbolo. En el caso de que cuando dejaban el símbolo con la víctima, era una advertencia de lo que podían hacer por X razon esa misma secta o, en caso de secuestro, de que la víctima no sobrevivirá por mucho tiempo, y pasaba el raro fenómeno de que así sucedía. A las mismas víctimas les pasaba el accidente de ser secuestrado por algún integrante de la secta, en el mismo proceso se encargaban de torturar pero no matar a la misma, cuando lo liberaban este estaba en un estado de trauma por lo que no hablaba de una forma muy clara en la mayoría de los casos, terminando muriendo por un paro cardíaco o por muerte súbita. En el caso de los asesinatos, en estos se podía o no torturar a la víctima, eso dependía de dónde estaba y el momento en el que sería asesinado. En los mismos hubieron casos muy crueles. Tales como el caso de un hombre que se encontró colgado de un árbol sin sus ojos e intestinos, en la parte estomacal tenía un gran agujero y lo raro fue que no se encontró un solo rastro ni mancha de sangre en toda la casa y el cuerpo. E incluso los ojos que fueron encontrados en el refrigerador no traían ni una gota de sangre. También habían casos nocturnos que no eran crueles, era un simple caso de: entra a la casa de forma ilegal, buscaba a la víctima, lo dormían en caso de que esté despierto, le inyectaban veneno y dejaban que muera en paz. En esos casos con el tema de la marca, dejaban una con su misma sangre en el lado opuesto al corazón. Su lado carismático no se quedaba atrás, ellos se encargaban de matar y/o secuestrar a gente que cometió incesto, violaciones (menores y/o mayores), necrofilia, zoofilia (o bestialismo, zoolagnia, zooerastia), secuestro, estafa económica grave, acoso/abuso sexual, pedofilia, etc. Y las veces que mataban por diversión no eran escasas pero no pasaba muy seguido, era cuando no tenían nada que hacer ni nadie a quien matar ni secuestrar.

Esa semana una chica se había integrado en la misma y en ese momento estaban, junto otros integrantes de la mafia, en una reunión. Es esa hablaban sobre como, donde y cuando tendrían que matar a un grupo de 4 hombres de mediana edad que habían acosado sexualmente a 7 chicas y violado a 3, las cuales dos eran menores de edad, una de 15 y la otra 17, la tercera a penas llevaba un mes de que había cumplido los 18 y para fortuna suya, ninguna quedó embarazada. En esa misión se encargaría la chica nueva. Querían ver qué tan hábil era, según ella, ya había matado a una chica. Uno de los jefes de la secta no estaba muy confiado, así que decidió que uno de los chicos de ahí la acompañaría. El chico ya llevaba su tiempo en ese lugar, no completaba la mitad de año allí pero era muy habilidoso y de confianza.

A la chica le dieron un arma, una pistola chica con silenciador, y junto al chico partieron. El lugar donde fue la reunión aconteció dentro de un bosque, el mismo era gigante. Ellos tendrían que haber caminado durante 15 minutos para salir del mismo. Aún dentro del terreno boscoso llevaban un hielo de tanto silencio incómodo. La chica quería que desaparezca, así que se tuvo que armar de valor para tener que entablar una conversación.

-Oiga. Perdón por romper el hielo, pero ¿a dónde nos dirigimos?

Hubo momentos de tensión entre el dúo. A la chica le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo.

-No es necesario que te disculpes -suspiró-. Nos dirigimos a un edificio. -suspiró nuevamente.

El chico andaba enmascarado y su voz se escuchaba muy grave, la chica sospechaba que era efecto de las misma máscara pero no quería mencionar nada al respecto. Ella también llevaba mascara, pero eso no hacía el supuesto efecto que la máscara del chico de daba a su voz.

Un amor heroicamente malo// [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora