𝟑°: La cura.

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El pequeño trío de chismosas se enteraban de todo, cómo podria ser el ejemplo uno de los secretos más profundos de Eric. Y el día que decidio contárselo a sus amigas comenzó así:

Ya habían pasado aproximadamente 5 meses desde que comenzó la universidad, y Eric estuvo esperando a que llegue el día para poder contarle a sus amigas que el sentía una peculiar atracción sexual y romántica hacia los hombres siendo hombre.

El, al llegar a la universidad espero el momento perfecto para poder decirles el secreto. Y cuando llegó ese momento ¡Bum! Lo dijo. Estaba un poco nervioso, ya que tenía miedo de ser rechazado por sus únicas amistades.

Y la conversación fue algo así:

—Les tengo chisme, chicas. —dijo Eric emocionado pero alterado a la vez.

Mili y Vicky en el momento dijeron con emoción: ¡Pasa chisme, pasa chisme!

Eric con una sonrisa nerviosa pensó: «No se si esto sea bueno o malo, pero no puedo volver atrás.»

—¡Alguien en esta escuela es gay! —exclamó Eric con una sonrisa.

Ambas chicas pusieron cara de sorpresa.

—Seguramente eres tu, Eric. —dijo en broma Mili, junto a unas pequeñas carcajadas de Vicky.

Eric no sabía que decir porque racionalmente era cierto, y para el momento solo se quedó quieto para después decir con una sonrisa media forzada:

—¿Cómo sabías?

Y así Eric se aprovechó de la situación.

Mili y Vicky lo único que hicieron en ese momento fue quedarse quietas y sin palabras de su parte. Así volviendo más grande la intriga que tenía Eric sobre el tema y el momento.

—¿Y...? —dijo Eric encogido de hombros.

Cada segundo que pasaba en silencio era peor para Eric y fue hasta que unas de las chicas decidió abrir la boca.

—Y, entonces, ¿te gusta alguien? —dijo Vicky mientras fruncía el ceño—, lo digo por qué si eres gay te debe de gustar alguien, sin ofender.

—Oh —dijo Eric sorprendido por el hecho de que no lo hayan rechazado—, pues.... si, si me gusta alguien —dijo un poco avergonzado.

—¿Quien es el afortunado?— dijo Vicky con una sonrisa traviesa.

—Es un chico.... —dijo Eric sin poder terminar la oración.

—Bueh... Que mucha información, mi cabeza va a explotar. —dijo sarcásticamente Mili.

—¡Espera! Que no me dejaste terminar la frase —dijo Eric—... El chico que me me gusta se llama.... Alex.

Mientras Vicky se quedaba sorprendida, ya que era el mismo chico al cual también le gustaba a Mili.

Mili puso cara de ofendida y de sorpresa a la vez.

—¡Maldito! —exclamó Mili— ¿Cómo te atreviste, Eric?

Eric, confundido, no sabía cómo reaccionar, porque no sabía de lo que hablaba Mili en ese momento.

—¿De qué hablas, Mili? —preguntó Eric intrigado por la respuesta.

—¡Que a ti te gusta el mismo chico que a mí! —dijo algo enojada Mili.

Eric no se esperaba para nada esa respuesta, fue demasiado inesperada. Y bastante notorio el echo de ver qué Eric se aguantaba la risa.

—Entonces ¿a ti también te gustan los emos que no son emos? —dijo Eric con un tono travieso e irónico.

—¿Y que puedo decir? Son muy atractivos —dijo Mili con una sonrisa orgullosa.

Ambos por dentro estaban realmente sorprendidos, a los dos les gustaba la misma persona, y realmente ninguno tenía aún que sea un poco de suerte si es que es otro conseguía que Alex fuese su pareja. Ya que si Alex se volvería pareja de Mili, Eric no tendría oportunidad con el, ya que sabría que no le gustan los hombres, y si es caso fuese al revés Mili sería la desafortunada, porque sabría que a Alex no le gustan las mujeres.
Pero hay algo en lo cual ambos no pensaron, en el echo de que Alex podría ser que le gusten los hombres y las mujeres. Que el fácilmente podría ser bisexual, y que fácilmente podrían hacer un trío o que les ponga los cuernos a uno de los dos. Y aunque era bisexual, no lo tomaron como opción.

De todos modos, ellos describían a Alex como un tipo serio, muy reservado y tímido del cual solo parecía mostrar emociones cuando parecía estar con las que parecían sus amigas y con las que siempre de juntaba, su forma verdadera de ser parecía fluir con esas chicas con las que parecía llevaba años de relación esa amistad.

Su altura y cara también les atraía a las personas, y sus lentes lo hacían ver inteligente. Se podría decir que era una combinación perfecta, y su carisma al hablar con personas aunque no las conozca o les caiga mal le daba un toque.

Próximamente: capitulo 4.

Un amor heroicamente malo// [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora