𝟏𝟔°: Emilia.

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Un día, fin de mes, y nos encontramos a una madre relativamente joven llendo al quirófano junto a su pareja que también era joven, ya que estaba apunto de tener una bebé. Para suerte de la madre no le había pasado nada a la misma bebé cuando nació ni cuando estaba la madre embarazada de ella.

A la pequeña le designación el nombre de Emilia (que significa rival/competidor/mujer trabajadora/la que es esfuerzo), y era morochita, un pelo negro y lleno de rulos, ojos tono muy oscuro de rosado y un poco rellenita. La madre al verla quedó enamorada de ella. No obstante, hasta que le dijo algo el padre de que le afectaría en toda la vida que podría haber sido mayormente exitosa.

Al rato entra el padre, que se había retirado un rato de la sala “por impresión”. Este entro con una cara completamente seria, también se lo notaba un poco de angustia.

—¿Ya te mejorarse, amor? ——preguntó la madre con la niña en brazos.

—Si —respondió el padre—... P-pero tenemos que hablar. —exclamó alzando levemente su voz.

—¿Que paso —preguntó la madre mientras ladeó su cabeza para un costado.

El padre dió un suspiro. Realmente dudo si decirle lo que estaban por decirle. Tenía miedo de como podría llegar a reaccionar su novia. A pesar de eso, se digno a decirle a su pareja que las iba a abandonar...

El para no ir directo al grano decidió que le hablaría suavemente.

—Tu sabes que desde descubrimos que estabas embarazada fui el más feliz —dijo.

Y ahora se venía el caos. ya que después de 5 minutos hablándole de lo mucho que las quería a las dos el iba a decir su plan.

—Pero, sabes. Hace poco me di cuenta que no estoy listo para un niño... Así que las dejo a disposición de alguien que si las quiera. Me retiro.

La mujer al escuchar esas palabras se exalto, no podía procesar esas palabras. Sus ojos se abrieron como platos y se empezaron a llenar de lágrimas que poco a poco iban saliendo. Al ver qué si propia pareja se iba llendo se empezó a desesperar, y al no poder levantarse solo podía ver. Y cuando se fue completamente aún con niña en brazos empiezo a llorar desconsoladamente, lágrimas trás lágrima iban saliendo. Al rato llego una enfermera a ayudarla. Ella rato después pidió qué llamarán a seguridad para decirle lo sucedido. Pero en cuanto los mismos revisaron el hospital no encontraron rastro de el, y al intentar llamarlo su celular daba como apagado, por lo que mucho menos pudieron rastrearlo.

Pasados los días, y la madre de Emilia se encontraba haciendo una llamada a la policía. Quería denunciar al padre de su hija que la había abandonado. Pero no pudo hacer nada, ya que el se había ido del país y no sabían su paradero. La mujer al escuchar esas palabras cuando se lo explicaron, su primera reacción fue enojarse y dar un pisotón enoja. Pero no pudo hacer absolutamente nada, solo quedarse callada y no molestarse de más. Horas más tarde se hizo de noche y ambas se fueron a dormir. Emilia como una bebé que le encantaba dormir se durmió a penas su cabeza toco la cobertura de su almohada. Pero su madre no, ella estaba acostada, pero solo miraba el techo con sus manos entrelazadas y por debajo del pecho, estuvo pensando por un largo rato. Hasta que llegó a la loca y verdadera conclusión de que su novio las abandonó por su hija y que era su culpa por el mismo abandono. Ella al pensar eso giro su cabeza lentamente en dirección a la cuna dónde estaba Emilia, y el amor con la que la veía se esfumó, ya no existía, ahora solo existía un sentimiento de odio hacia su hija.

♪~

La mañana siguiente, Carmen, la madre de Emilia, estaba despierta en la cocina a horas muy tempranas, estaba tomando café mientras veía televisión. Hasta que escucho a Emilia llorar, así que fue a ver qué le pasaba, entro a su cuarto tranquilamente y se acercó a su cuna para después alzarla en sus brazos para calmarla, pero Emilia no paraba de llorar y llorar. Y poco a poco la paciencia de Carmen se iba acabando. Hasta que aún en brazos de Carmen, llevo a Emilia a en cuarto de ella, dónde estaba su cuna y la dejo ahí para “que deje de llorar cuando se canse”. Ella al hacer eso le hecho llave a la puerta donde estaba Emilia y la dejo ahí, subió el volumen de la televisión para no escuchar al llanto de la beba. Emilia por horas lloro sin piedad, lloro y lloro. Hasta que finalmente se canso y durmió. Tal cómo planeo Carmen. Sus ojos se encontraban muy rojos de tanto llorar. Mientras su madre veía tele un alto volumen para ignorar su entorno familiar, que era su hija.

Un amor heroicamente malo// [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora