Debbie recuperó el sentido cuando escuchó esas palabras.
Tenía los puños apretados con tanta fuerza que las uñas se le clavaron en la palma, pero respiró hondo para tranquilizarse.
Luego, le dirigió una sonrisa amable. Sus ojos seductores hicieron que el corazón de Carlos latiera más rápido.
"Mil millones de dólares", anunció ella con los dientes apretados.
Dudaba que ese hombre realmente le diera esa cantidad.
Y efectivamente, Carlos se quedó atónito.
Sin embargo, para sorpresa de Debbie, él la levantó en sus brazos y la arrojó sobre la cama. "Si
n se marcharon, Karina agarró fuertemente el brazo de Curtis. "¿Por qué no le dijiste la verdad?", preguntó.
Curtis recordó la expresión confundida de Debbie y esbozó una sonrisa. "Aún no es el momento adecuado".
"Si tú lo dices...".
Él agarró la mano de Karina y la apretó suavemente. Luego, regresaron juntos al banquete.
Cuando Curtis encontró a Carlos, este estaba fumando en un cuarto oscuro mientras observaba pensativamente por la ventana.
"Todavía es joven, Carlos".
Él se quedó callado, pero Curtis ignoraba que era porque aún sentía dolor.