Pov Freen
Salgo del cubículo y me encuentro con Rebecca esperándome recostada de la puerta solo pude decir que hacia ahí.
-Necesito hablar contigo conejita no podemos seguir peleadas, te extraño demasiado perdóname- me dijo en tono de suplica
- Mira Rebecca no entiendo para que quieres que arreglemos las cosas donde está tu amiga Mind y además dejaste claro que solo somos amigas no es así como me presentaste – le dije con molestia
- No sé qué me paso conejita y no TU Y YO no somos amigas eres mi novia, mi conejita, mi luz, mi todo puedes darme otra oportunidad hare lo que me pidas – dijo en tono de súplica porque no puedo tener fuerza de voluntad.
La jálame hacia a mí para besarla ella quería poner resistencia en este momento no pensaba en nada solo en las palabras de Nam "Follatela en donde quieras para que le quede claro quién eres" y eso es lo que voy hacer para que aclare sus ideas.
Yo niego mentalmente no le doy tiempo de quejarse, cuando tomo su rostro con mis dos manos y me inclino para besarla de nuevo suelta un jadeo y yo aprieto su cintura y luego su trasero.
-Conejita salgamos de aquí por favor – me dice con la respiración agitada
- De acuerdo- Tome su mano para salir, ya el chofer estaba preparado en la entrada, estábamos camino en mi casa, mis papás no estaban salir por asuntos de la empresa así que mi casa estaba sola al llegar no perdí más tiempo poco a poco retrocedemos, hasta que entramos en mi habitación nos caemos en su cama, ella debajo de mí, mis besos se aceleran y comienzo a besarle el cuello, mis manos bajan por sus caderas y al romper el beso miro que sus senos son grandes.
Ella separa las piernas y yo aprovecho para meter mi rodilla entre estas y rozarla, ella gime arqueándose y entonces le quito su disfraz. Mis besos están ya por encima de sus senos, ella enreda los dedos en mi cabello sintiendo cómo ataco su abdomen y entonces le desabrocho la parte de abajo del disfraz para dejarla solo en bragas.
Me sorprendo al verla bragas, en especial porque no imaginé que usara algo así, son de encajes blancos y me vuelven loca, así que beso encima de estas y ella me ve con expresión de deseo, hasta que remuevo sus bragas a un lado y me descubro hundiendo mi lengua entre sus pliegues húmedos, antes de atacar sus labios vaginales y empezar a chupar y besar encima de su clítoris.
Sus manos se aferran a mi cabeza y yo aprovecho para succionar todavía más dentro y hacerla levantar las caderas. Su sabor es tan exquisito que pierdo el control, quiero más. Subo ambas manos para apretar sus senos por encima de su sostén que aún conservaba y entonces ella se comienza a correr en mi boca con total descontrol.
Limpio todo lo que veo a mi paso con mi lengua, ella me empuja en la cama y se sienta en mis caderas, antes de besar mis labios y morderlos con de deseo.
Ella comienza a bajarme el pantalón, luego me quita mi disfraz el cual dice que ama y odia al mismo tiempo y veo que araña mi abdomen y me hace retorcerme. La empujo sobre mí, en dos segundos terminamos de quitarnos la ropa y quedar desnudas.
Mi cuerpo fracciona contra el de ella y tiemblo al sentir nuestros senos chocando y nuestras caderas húmedas y rozando una con la otra. No me fijo en cuantas marcas le dejo por el cuello, en los senos y los muslos, pero ella tampoco cuando me araña las caderas, la espalda y me deja los labios hinchados y rojos de tantas mordidas.
En un momento ella me mira a los ojos, como pidiendo aprobación, claro que asiento y se la concedo. Miro cómo muerde uno de mis senos y bajo una mano acariciando entre sus piernas.
—Bec... —susurró en sus labios—. Estás tan húmeda, mi conejia .
De repente Bec se sienta en mis caderas, me deja sorprendida cuando toma una parte del disfraz para atarme las manos. En cuestión de segundos no puedo moverme y ella sonríe perversa. Acaba de atarme en mi propia cama no sé dónde quedo que yo me la cogería.
—No te me muevas —solloza caliente en mi cuello, mi piel se eriza completamente.
— ¿Qué ha-haces? —Tiemblo de arriba abajo cuando siento algo que entran sus dedos en mi vagina. Mis labios se separan y veo cómo los ojos de Bec están muy dilatados.
—¿Te gusta? —me dice mientras vuelve a sacarlos para meterlos más rápido.
—Sí... —mascullo casi inaudible. Tiro de mis muñecas en vano y al final accedo, cuando noto que Bec ya está con la cabeza dentro mis piernas , apretando mis senos con sus manos y pellizcando mis pezones.
Mis caderas no dejan de temblar, mis labios lanzan un sinfín de maldiciones de placer. «Bec», es lo único que me memorizo en mi mente mientras me hace suya una y otra vez. Los fluidos no dejan de salir de entre mis piernas.
Y cuando más deseo siento cruzándome de arriba abajo, me arqueo, sin poderlo evitar más, y me alzo, comenzando a correrme a chorros en su cama, mientras que ella no deja de darme hasta que termino de venirme.
—Estás demente, pequeña angelita —le digo con una sonrisa y entre jadeos, ella se sienta en mis caderas y noto que empieza a moverse.
La agarro de la cintura con las pocas fuerzas que tengo de la sensibilidad que siento por todo el cuerpo y se deja caer encima mío para luego rodar a un lado y quedarnos dormidas.

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Cambiarías Por Mi
Roman d'amourDos personas diferentes, pero ambas son de caracter noble, y siempre estan dispuestas a ayudar aquien lo necesita Freen: Una chica tranquila, no ha tenido su primer beso, ella cree que debe ser especial , su mejor amiga Nan siempre le dice que para...