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Pov Beck

Oh bebé...tu cuerpo es perfecto -susurre subiendo a sus labios, la puse bajo mi cuerpo y lleve mis manos a botón de su  falda para quitarcela.
- Esta noche te adorare como te lo mereces mi diosa, mi conejita. -la mire fijamente y sus mejillas sonrojadas me hicieron sonreír también.

Baje mi cuerpo quedando arrodillada en el piso entre sus piernas. La bese con amor subiendo cada vez mas hasta que la punta de mi nariz frotaba su coño cubierto por esa sexys bragas de encaje.

Mierda. El olor de su excitación era delicioso, moría por enterrar mi nariz entre sus pliegues y luego mi lengua ¿su sabor sera igual de fascinante? Joder, no lo dudaba. Ella tiraba de mi cabello al sentir los besos que depositaba entre sus piernas sobre su ropa interior, la mire de reojo y lo que vi casi hace que me corra fuertemente. Sus ojos cerrados me privaban de verla pero se estaba mordiendo su labio, lucia preciosa con su bonito cabello despeinado, sus mejillas rojas, sus pezones hinchados y húmedos por mi saliva y ese delicioso labio entre sus dientes. Era la viva imagen de Afrodita.

Con mucha ternura baje sus bragas sin perder de vista sus ojos los cuales abrió mirándome con el deseo escrito en ellos, le sonreí para tranquilizarla. Conmigo estas segura conejita. Sin poder evitarlo mas bajé la mirada a su vagina.

Puta mierda.

Su clítoris  estaba hinchado y lucia apetecible. Sus pliegues estaba húmedos. La piel de su coño era rosa y muy delicada, la toque superficialmente soltando un gemido. Podría irme al infierno pero seria feliz si cada noche me perdía entre sus pliegues. Sin querer esperar mas bese su clítoris tiernamente ganadome un suspiro de su parte.

-Bec......-tiro de mi cabello sacándome un gruñido, empujo mi cabeza hacia su coño y obedecí, lamí sus pliegues minuciosamente sin darle tregua. Sus gemidos eran música para mi. -oh....si...eso...se..siente m-muy bien.....

Me volví loca con su sabor, me lleve sus muslos a mis hombros para tener un mejor acceso a su coño, abrí con ternura sus pliegues para meter mi lengua en ella penetrándola lentamente disfrutando de los suspiros que salían de sus labios y de como sus manos me acercaban mas a ella. No había nada mas exquisito que ella. Con la punta del dedo la dilate un poco mas preparándola para mi, sus paredes vaginales se contrajeron y sus piernas temblaban ligeramente. Estaba cerca. Moví con mas intensidad mi lengua en su interior intercalando besos en su clítoris vez en cuando y regresando a penetrar su centro.

Un espasmo sacudió su cuerpo y se corrió en mi boca, como sediento en un desierto bebí hasta la ultima gota de su excitación hasta dejar su dulce centro limpio.                          

Subí besando su vientre, sus pechos hasta llegar a su rostro. Sus ojos estaban oscuros y dilatados, respiraba agitadamente y me miraba con amor, no podía faltar ese exquisito sonrojo en sus mejillas. Le sonreí amplio antes de tomar sus labios dejando que se probara en mi boca.                            

-Eres deliciosa conejita...-susurre sobre sus labios alejándome un poquito de ella para mirarla fijamente- Lo mejor del mundo....y hoy seras mía.                            

-Tuya. -murmuro con sus hermosos ojos brillantes.
                        
Mía.                            

Solo Mía.                           

Abrí sus piernas metiéndome entre ellas.

-De acuerdo.... ¿Estas cómoda? ¿quieres detenerte? -pregunte rogando que dijera que no pero ante todo estaba su bienestar. Ella negó y rodeo mis caderas con sus piernas, tome eso como mi señal para entrar en ella. Dirigí un dedo hacia mi boca para humedecerlo y ahora en su centro lentamente para no asustarla, la penetre lentamente un centímetro a la vez. Su hermoso rostro se contrajo de dolor y me detuve angustiado.

                             

-Conejita..¿te hice daño?

                             

-No. Solo dame un minuto. -murmuro.

                             

Ella nunca había tenido relaciones sexuales, su cuerpo no estaba acostumbrado así que supongo era normal que tuviera un poco de dolor pero aun así estaba preocupada. Deje suaves y tiernos besos en su rostro y su cuello mientras me mantenía inmóvil en su interior. Me sentía en el puto cielo. Sus paredes sedosas se acoplaban en mi dedo.                          

-¿Puedes.....puedes m-moverte ya? -el susurro de Freen me trajo de vuelta a la realidad, su cuerpo estaba relajado al igual que su rostro. Asentí y empuje para penetrarla completamente.                         

¡Joder!                        
Santa Mierda.
                          
De acuerdo, el olor y sabor de su excitación es la segunda mejor cosa del mundo. Estar en su interior es la primera, sentir sus paredes cálidas y delicadas a mi al rededor me tiene extasiada, creo que podría correrme solo con permanecer aquí unos minutos.
                          

-Jodida mierda. Esto es mejor de lo que imagine conejita...-susurre mirándola a los ojos, ella rió musicalmente haciendo crecer mi pecho de orgullo y amor. -Amo que rías....debes reír siempre, yo me encargare de eso...
                            

-De acuerdo pero....muévete. -ella hizo un sexy puchero con sus labios empujándome con sus talones en mi trasero. -Ahora.

                             

Su voz dominante me hizo sonreír ganándome un ceño fruncido de su parte el cual bese con ternura. -Si amor...no te desesperes. -Lo dije en voz alta. Pero es verdad, ella es mi amor, mi vida, mi todo. Sin ella no soy nadie. Y sé que ella se siente de la misma manera, sus ojos brillando al escuchar como la llame me lo dijeron.  -Si quieres detenerte solo dime y parare.

                             

-Si, muévete ya Armstrong- Joder, me mataba que me hablara así, mandona pero tan dulce a la vez. Empece a penetrarla lentamente atesorando este momento con ella, quería recordarlo por siempre. Mis labios no podían dejar de repartir besos en su rostro y cuello callando algunas veces sus gemidos que enviaban una descarga eléctrica a mi centro. Nuestros movimientos eran acompasados, sin prisa alguna mientras nos perdíamos en la boca del otro.
                           

-Oh Bec...-suspiro y echo la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados dando la oportunidad de atacar su cuello con besos y algunas lamidas, aumente la intensidad de las penetraciones disfrutando de la sensación en mis dedos deslizándose fácilmente en su coño mojado. Tome su barbilla para que me mirara.

                             

-Te Amo Freen Chamkimha y te lo demostrare cada día por el resto de mi vida...-murmure entre jadeos saliendo y entrando de ella con mas rapidez. Freen respiraba agitadamente soltando gemidos que amaba escuchar cada vez mas pero nunca alejo sus ojos de los míos. -Eres mi todo..

                             

-También Bec.....llegaste en el momento indicado a mi vida...-susurro agitada al aumenta mis embestidas, hacer el amor era mágico, el acto mas puro y me alegraba compartirlo con ella. -Ah....Bec....Bec. -gemía sin parar arqueando la espalda. Ella era un visión. Lucia tan preciosa con el cabello esparcido en la almohada, sus manos apretando las sabanas y sus talones empujándome hacia ella, sus paredes vaginales me apretaron haciéndome soltar un jadeo. Mierda, era una sensación deliciosa, estar dentro de la estrechez de la mujer que amo es incomparable, su orgasmo estaba cerca necesitaba verla correrse, seguro seria una visión preciosa.-Ah...voy...voy a....

-Déjate ir bebé. -susurre haciendo que me mirara, su bello rostro era cubierto por una fina capa de sudor, seguí empujando en ella mas rápido y fuerte sin llegar a ser brusca. - oh...si Freen Necesito verte-e....cuando te corras...aaaah-mis propias palabras no era muy entendibles a causa de los jadeos que dejaba escapar de vez en cuando. -Vente para mi amor.

Cambiarías Por MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora