Capítulo XII

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Jack Crawford no era un hombre demasiado paciente, algo a tener en cuenta cuando se dedicaba a cazar a criminales de alto rango como los que manejaba la BAU. El agente sabia de sus defectos, era consiente de su impaciencia e intentaba cualquier medio para que dicha impaciencia no llegara al punto de que lo llevara a  cometer alguna estupidez y el criminal que estaba rastreando se le escapara entre los dedos. 

Crawford casi perdió a un agente y a su Ballena Blanca por su impaciencia. Empujo a Starling más allá de sus limites, colocando en los hombros de la mujer una responsabilidad que solo caia en él. Otro de sus defectos es usar cualquier medio a su alcance para atrapar al loco en turno que decidió matar inocentes, así que no dudo en subir al barco al Doctor Hannibal Lecter cuando la Doctora Bloom lo presento. Crawford empujo a Starling  para que se uniera a Lecter, ambos con sus brillantes mentes serían los sabuesos perfectos para capturar al Destripador. No se dio cuenta como Lecter los hizo buscar sus propias colas, si no fuera por un pequeño desliz. Algo insignificante, nunca hubieran atrapado a Lecter... y aun así.


Ahora, después de años del Dragón Rojo, de Starling, Crawford tenía a un nuevo sabueso que era más lobo que perro. Will Graham tenía una mente brillante como la que una vez tuvo Clarice Starling, pero también tenía un trastorno capaz de llevarlo a ponerse en la piel de quien sea. Crawford era consiente de lo peligroso que era esto. Era consiente de como Graham estuvo reacio al principio en este caso, y como, después de su última conversación con Lecter, Graham parecía vibrar de anticipación para hablar con el maldito bastardo caníbal. Así que, vio las grabaciones de las conversaciones entre Lecter y Graham, solo pudo ver la obsesión creciendo en el antiguo Doctor, esa mirada muerta brillando ante la presencia de Graham, pero nada en le comportamiento de Will le dio una señal de alerta.


-Solo estas paranoico, Jack- se regaño así mismo mientras su mente trataba de enfocarse en Buffalo Bill. 


..****..


Graham llego a casa después de un día en la Academia sin tener ninguna noticia de Crawford aún. Eso lo estaba molestando. 

Porque una parte de él, aquella que decidió ser agente de la ley  estaba bastante segura que su deseo por estar en el caso de Buffalo Bill no tenía nada que ver con salvar chicas de ser despellejadas. Porque esa parte de él que decidió ser agente de la ley nunca a buscado salvar inocentes por mucho que desee engañarse a si mismo. Luego estaba la parte de su mente que comenzaba a sonar con el mismo tono de voz que el Doctor Lecter, quien se burlaba de la ineptitud del FBI y de el auto engaños de Will

Era bastante consiente de si mismo como para admitir en la oscuridad de su casa, con un vaso de wisky que su inquietud era por otros motivos. El deseo de atrapar a una presa, la perspectiva de conversar de nuevo con Lecter, la ira fría ante el estado del Doctor en esa celda desnuda. 

Una mente como esa, marchitandose poco a poco bajo el cuidado de Chilton era un insulto para Graham. Y ese era el punto ¿no?. Will Graham sabia que estaba a un desliz en su traje humano, un solo momento, para que terminara como compañero de celda del Doctor Lecter, sabia que la ira fría era porque él podría terminar dentro de las entrañas del Hospital Psiquiátrico para Dementes Criminales.


¿Y qué podría hacer Will para aliviar su ira? No podía dejarse llevar por su deseo de cortar la lengua y manos de Chilton y servirlos con puré y salsa. El hombre tonto y pegajoso que era Chilton no era del agrado de Will por muchos motivos, pero dejarse llevar por tales pensamientos no serviría de nada para Graham.


Además que la lengua no quedaría bien con puré y salsa, Will.


Soltando un largo suspiro, Graham termino su bebida y se dispuso a irse a la cama.


NOTAS

Ey, gracias por sus comentarios, realmente son lo mejor. Continuare con esta historia, como ven. Pero tengan un poco de paciencia. Les amo!!



La ira del corderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora