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La intensidad de la luz del sol era tanta que lograba iluminar toda su habitación. El viento de la mañana chocaba con delicadeza contra la gran ventana a su lado, que se mantenía cerrada aún. Minhyuk abrazó su almohada fuertemente y bostezó, comenzó a estirar sus extremidades para alejar la flojera de su ser y cuando logró su cometido abrió los ojos y se puso de pie dispuesto a iniciar bien su día.

Tanteó en su cama en busca del conejito y al no encontrarlo se asustó. Buscó hasta en el lugar más recóndito de su habitación y nada, salió de allí y se dirigió a la cocina para continuar con su búsqueda, pero tampoco estaba ahí así que fue a la sala, se sorprendió mucho al ver que el televisor se encontraba encendido y un cojín se movía de forma imperceptible a simple vista.

—¿Conejito?— preguntó y vio como el pequeño animal salía de su escondite apenas asomando su cabeza.

—Ahí estás— esbozó aquella bella sonrisa cuadrada que lo caracterizaba— ¿Cómo llegaste ahí? ¿Tú encendiste el televisor? ¿Eso es siquiera posible? Eres muy pequeño como para haber alcanzado el control. Entonces ¿Será que olvidé apagarlo ayer? Sí, debe ser eso— al final volvió a hablar consigo mismo pues era consciente de que no recibiría una respuesta de vuelta.

—Te asustó el ruido y por eso te escondiste ¿No?— preguntó tras sentarse a su lado en aquel sillón, le quitó el cojín de encima y rio.

El conejito intentó bajarse, pero Minhyuk no lo dejó y lo tomó en brazos.

—No hagas demasiados esfuerzos y solo descansa, recuerda que aún estás mal— lo regaño al darse cuenta de sus intenciones— ¿Y tu vendaje?— cuestionó preocupado al ver que no lo tenía puesto— Quédate aquí traeré otro, de todos modos lo haría así que no importa si lo perdiste o te lo quitaste por error, solo no te muevas.

Dicho eso, subió escaleras arriba hacia su baño, el pequeño conejito al ver que se había quedado solo se convirtió en el bello humano de piel lechosa, cabello negro y mirada tierna aún con sus orejas peludas y largas y su pequeña cola esponjosa.

—Humano idiota, no quiero tu maldito vendaje, tengo una capacidad de curación fantástica, no lo necesito— bufó y se cruzó de brazos. Se puso de pie con extremo sigilo, caminó hasta la cocina y abrió el refrigerador, el viento helado envolvió su cuerpo desnudo y tembló ante la sensación.

El ruido que hacían los mocasines de Minhyuk al bajar las escaleras lo puso en alerta y por el miedo de ser atrapado se convirtió en un conejo a una velocidad inimaginable.

Saltó hasta llegar de vuelta a la sala, pero no logró subirse al sillón. Antes lo había logrado gracias a qué se había convertido en humano, incluso consiguió alcanzar el control remoto, el cual había tomado entre sus manos por mera curiosidad y bueno, él era un conejo valiente que jamás admitiría que se había asustado al ver la función que cumplía aquel objeto.

—Y te bajaste del sillón ¿Por qué no me haces caso cuando digo algo? ¿Tan mal te caigo?— exclamó entre frustrado y triste al ver al pequeño conejito en el suelo.

Dejó el botiquín de primeros auxilios en la pequeña mesa frente al sillón, tomó al conejito entre sus brazos y lo colocó en su regazo tras sentarse en el gran sillón. Repitió los pasos del día anterior para envolver de nuevo su herida que parecía ya estar mejor que antes.

—Listo, quédate aquí mientras yo cocinó un delicioso desayuno— le ordenó y se puso de pie, caminó a la cocina y desde allí continuo hablándole al pequeño animalito—, luego de desayunar saldré a comprar algunas cosas que seguro te gustarán.

«Si no es comida, créeme que no» pensó el conejito mientras movía su naricita y veía lo que salía en la televisión —frente a él— que aún estaba encendida. Se transmitía el primer capítulo de "El primer amor, de nuevo" un BL que le llamó mucho la atención. No sabía mucho de tecnología, pero comenzaba a resultarle entretenido e interesante ver la televisión.

—Te gusta mucho ver eso ¿No es así?— exclamó Minhyuk cuando estuvo frente al animalito. Había terminado ya de cocinar y pensaba llevarlo con él al comedor, pero lo vio tan embelesado por aquel programa que no supo si querría ir con él o no

«Sí, sí. Ahora muévete humano bobo, me estorbas» pensó y saltó de un lado a otro fastidiado porque el humano no lo dejaba ver bien su programa.

—Bueno, que más da. Te traeré tu comida acá, pero más vale que no ensucies nada, o al menos inténtalo— dijo y fue de nuevo a la cocina.

Al conejito le dió igual y continuo viendo su programa, unos minutos después el humano se puso delante de él y le ofreció un tazón lleno de lechuga y otro lleno de agua. Comer eso una vez para él estaba bien, pero todo el tiempo no. También era humano y necesitaba de otro tipo de alimento, por lo que no comió y solo tomo agua mientras terminaba de ver la serie.

Cuando así fue, recién se percató de que Minhyuk había terminado de comer y que ahora estaba en el baño, por lo que aprovechó a transformarse de nuevo en humano para buscar comida, en el refrigerador no encontró algo que deseara, pero por suerte en la alacena sí. Había un paquete de galletas con chispas de chocolate.

Se sentó en la encimera y mientras comía sus galletas con animosidad balanceaba sus pies al compás de una melodía que pertenecía a los recuerdos de su pasado. De nuevo se convirtió en conejo, fue el susto por el sonido de una puerta abrirse y cerrarse la causa de ello.

—¿Qué haces allí? ¿Cómo subiste?— preguntó Minhyuk al ver al pequeño conejo comer galletas en la encimera— Te gustan mucho ¿No?— ignoró el hecho anterior al no encontrar una respuesta lógica.

Creyó estar loco al estar tan seguro de que el conejo asintió porque le entendía. Prefirió olvidarlo y hacer como si nada de eso hubiese pasado otra vez y cambió de tema.

—No te puse un nombre aún, soy muy malo ¿No?— hizo un puchero y creyó verlo negar— Ya que te gustan tanto las galletas ¿Qué opinas de cookie? Es galletita en inglés. Soy malo para los nombres, pero ¿Te gusta?

«Soy Sanha no cookie, pero alguien me decía Sannie antes y es parecido, así que está bien» pensó y asintió, Taehyung sonrió y él igual.

Fue extraño que ambos se sintieran como en un deja vu en ese instante.

Maratón 2/3

My sweet bunny | Rocksan/SanhyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora