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Después de aquel día en el festival de flores de cerezo, Minhyuk y Sanha acordaron salir juntos cada que tuvieran tiempo. Minhyuk a diferencia de Sanha no conocía demasiados lugares de Seúl o de otras ciudades de Corea del sur, pero aún así estaba dispuesto a llevar a Sanha a sus lugares favoritos para que los conozca; por otro lado Sanha quería mostrarle todos los increíbles lugares que había conocido tanto dentro como fuera de Seúl.

El reloj en la pared del despacho de Minhyuk indicaba que ya eran las cuatro de la tarde del sábado, Sanha había entrado hace ya varios minutos pues después del almuerzo Minhyuk le había dicho que saldrían luego de que terminara con lo que le faltaba de su trabajo pendiente. A Minhyuk ya le faltaba poco, pero Sanha se encontraba muy impaciente y emocionado por saber a donde irían juntos, caminaba de un lado a otro mientras su mirada se dirigía al techo y luego el piso repetidas veces, movía sus manos de adelante para atrás y chasqueaba la lengua de vez en cuando. Minhyuk alzó su mirada hacia Sanha y él se acercó inmediatamente a él dispuesto a preguntar por información porque ya no podía aguantar no saber nada de su salida.

—¿A dónde iremos?— preguntó Sanha dando pequeños saltitos en su sitio.

—No te diré— junto su dedo índice con su dedo pulgar y juntos los pasó por sus labios en señal de que no hablaría por más que insistiera

—¿Por qué no?— sus labios formaron un pequeño puchero, frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Porque es una sorpresa— exclamó y con su dedo índice tocó con delicadeza la naricita de Sanha, la cual se movió inconscientemente como respuesta provocando un ligero sonrojo en el híbrido que para fortuna de este Minhyuk no notó por dirigir su mirada de nuevo hacia su computador.

—¿Ni siquiera una pista?— entrelazó sus manos y las acercó a su pecho como forma de ruego.

—Bien— exclamó y Sanha sonrió enormemente ante la posibilidad de adivinar a donde irían—, es un lugar muy concurrido— contestó y a Sanha se le borró la sonrisa de la cara.

—Oye, hay muchos así— se quejó.

—Es la única pista que te daré— apretó levemente la mejilla de Sanha, quien le apartó la mano por el enojo.

—Te odio— espetó y le dio la espalda.

—Yo también te quiero— exclamó, apagó su computador pues ya había terminado con lo que le faltaba hacer y se puso de pie, lo tomó por los hombros provocando que este se sobresalta y volteara hacia él tan solo un poco recibiendo una sonrisa de lado de su parte y siendo empujado hasta estar fuera de la habitación—, ve a alistarte, yo haré lo mismo— sugirió.

—Esta bien hyung— asintió varias veces, subió las escaleras al segundo piso y entró en su habitación.

Buscó en su ropero, luego de buscar tanto decidió que lo ideal era ponerse un short jean azul que le llegaba por encima de las rodillas, unas zapatillas blancas, una camiseta celeste y una camisa blanca encima de esta. Por otro lado Minhyuk optó por un short celeste, unas zapatillas blancas con detalles celestes, una camiseta blanca y encima de esta un chaleco de punto color beige.

El primero en terminar de bañarse y cambiarse fue Minhyuk, quien espero pacientemente a Sanha en la sala de estar. Pasaron tan solo unos minutos y Sanha ya se encontraba a punto de bajar las escaleras, Minhyuk lo vio desde el sofá en dónde se encontraba sentado y sonrió. Su relación fue creciendo y se fortaleció desde que comenzaron a pasar más tiempo juntos mostrándose tal y como son, sin miedos ni más secretos y eso hacía felices a ambos. Mientras Sanha bajaba las escaleras Minhyuk se preguntaba miles de cosas ¿Quién se imaginaría lo mucho que todo cambiaría? ¿Quién pensaría que Sanha era muy diferente a lo que demostró en un principio? ¿Cómo es que Sanha hizo que su perspectiva de la vida comenzara a ser diferente?

My sweet bunny | Rocksan/SanhyukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora