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Como karl Franz se convirtió en Emperador 2 de 2

Era la noche de la misma tarde en la que Karl-Franz había sido expulsado de los aposentos de Volkmar. Él y Maximillian estaban en la trastienda del "Becerro Embrujado", una taberna de dudosa reputación no lejos del Reiksport.

-Entiendo por qué os estáis reuniendo con el Anciano Hisme Stoutheart... ¿Pero por qué viene él también?- preguntó Maximillian.

-Porque, como vos, es un buen amigo, y tiene una perspectiva interesante, y además es el dirigente de la provincia vecina- respondió Franz. Hubo un golpe en la puerta. Fue golpeado con la melodía inconfundible de "Espinos y muerte", una vieja canción infantil de Averland. Antes de que pudiera responder Franz, la puerta se abrió de par en par para revelar a un hombre ricamente vestido, y detrás de él, un Halfling de aspecto enfadado. El hombre entró.

-Ahí estás, Frazzer, qué lugar tan encantador. ¡Lleno del color local! Apuesto a que a los estibadores les encantan todos estos fornica-lobos que andan por la ciudad. ¡Ay, mira, es Max! Ha pasado un tiempo, ¿no? ¿Qué tal te ha ido? Estuviste dando vueltas por todas las cortes del sur, y luego desapareciste durante un año. Nadie escuchó nada sobre ti... Veo que no fue para actualizar tu guardarropa.

-Leitdorf, siempre es un placer- bromeó von Konigswald. El Conde de Averland desconocía el sarcasmo o decidió ignorarlo.

-Marius- dijo Karl-Franz a modo de saludo. Se agarraron los brazos por los codos en un gesto fraternal.

-¿Qué es todo eso de que te convertirás en emperador, Frazzer? ¿Pensé que querías una vida tranquila?

-Bueno, no es porque yo...

Hubo un fuerte carraspeo detrás de Marius. Los tres Electores se volvieron hacia el Halfling en la entrada.

- ¡Lo siento pequeño, había olvidado por completo que estabas allí! Ven, ven, conoce al Príncipe de Altdorf.

-Anciano Stoutheart, aceptad mis disculpas- dijo Franz.

-No me importa. Estoy acostumbrado a que los pataslargas como tú nos olviden en la Asamblea. ¡Lo que es mucho más ofensivo es invitarme a una reunión donde claramente no hay refrigerios!

-Tengo un hombre abajo. Le pediré que prepare un poco de cerveza y vea si hay tortas de avena horneándose junto al fuego.-

-Eso pareció aplacar al mediano por el momento.

- Aquí, tu hombre en la sala común... No será Helburrido, ¿verdad?- preguntó Marius con una mirada traviesa.

- No, tiene las manos ocupadas con la Guardia en este momento. Los partidarios de Boris están causando el caos en toda la ciudad, deambulando por las calles en pandillas- dijo Franz.

-Una pena.

Después de que trajeran la cerveza de Ostermark y las tortas de avena, el Anciano de la Asamblea estaba de mucho mejor humor.

- Eso sí, asa un ganso la próxima vez que me entretengas; dijo.

- Ahora, a los negocios. No voté por ti en la última ronda y no veo razón para hacerlo ahora. El Graf es un gran guerrero, mayor, y más experimentado. Tal vez sea hora de que les demos a los middenlandeses la oportunidad de gobernar.

- Dime; comenzó Franz ; ¿a qué distancia está Middenland del la Asamblea?

- Es un punto, te lo concedo.

-¿Por qué crees que vuestros predecesores siempre apoyaron a un emperador del sur?

La pregunta iba dirigida al mediano, pero Marius lo interrumpió.

-¡Yo sé esta! Los asambleitos son pequeños, fáciles de olvidar, simples de suprimir y aplastar bajo la bota;dijo Leitdorf, empujando al Anciano con el codo. Por supuesto, en un hombre de tamaño normal, el codo estaría tocando ligeramente el costado del sujeto en un gesto obsceno. En un Halfling, el codo del Conde estaba golpeando al Anciano en un lado de la cabeza de manera exasperante. -