MI NOVIA POSESIVA

capitulo #2 "Only mine" (Editado)

Ingrid
Lo que vi me dejó con la vista nublada y la garganta seca: mi mujer estaba peligrosamente cerca de esa tal Mary. Billie salió del auto y, al verme observarla, caminó hacia mí con paso incierto, como si el peso de mis miradas la hubiera agobiado. Su rostro mostraba una mezcla de sorpresa y preocupación, como si intuyera la tormenta que se avecinaba.

Cuando entré a casa, el ambiente seguía tenso. Ella parecía querer hablarme, pero también sabía las consecuencias. Me conocía lo suficiente como para estar atemorizada de mis reacciones.

-Amor, yo... -empezó a decir, y alzó las cejas ante lo que diría, pero la interrumpí.

Mis pensamientos corrían a mil por hora mientras intentaba procesar lo que acababa de presenciar. Billie y Mary, tan cerca la una de la otra, me hacían cuestionar muchas cosas sobre nuestra relación. La confianza que solíamos tener ahora parecía frágil como un cristal a punto de romperse.

Decidí tomar aire antes de responder. Mis emociones estaban en conflicto, mezclando el dolor con la ira y la confusión. Quería confrontarla, exigir explicaciones claras que justificaran su comportamiento, pero también temía lo que esas respuestas podrían revelar.

El silencio entre nosotras se prolongó, pesado y lleno de significados no dichos. Me sentía atrapada en un laberinto de emociones, buscando una salida que no parecía estar a la vista.

Finalmente, decidí romper el silencio con una pregunta directa, tratando de mantener la calma que se me escapaba por momentos. La miré fijamente, esperando que sus ojos encontraran los míos y me dieran alguna señal de que todo tenía una explicación lógica y aceptable.

Billie se mordió el labio inferior, su gesto de nerviosismo habitual cuando se sentía acorralada. Sabía que no podría evadir la conversación por mucho más tiempo, pero también sabía que enfrentar la verdad sería doloroso para ambas.

-Tienes exactamente 1 minuto para explicarme qué fue lo que vi -dije con ese tono que sé que le asusta.

Ella se quedó en silencio por unos momentos, mirándome con ojos llenos de temor y arrepentimiento. Sabía que mis palabras la habían impactado, y ahora estaba en la cuerda floja, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Ella se sobrepasó, lo juro... yo no... yo no sé, no te enojes conmigo -balbuceó finalmente, con la voz temblorosa y las manos crispadas. Sus palabras sonaban a una mezcla de culpa y confusión, pero el tono de desesperación era genuino.

Ya era muy tarde para retroceder. Mis emociones estaban a flor de piel, mezclando la ira con la decepción. Aunque quería creer en sus palabras, la imagen que había presenciado seguía fresca en mi mente, provocando un torbellino de pensamientos y dudas.

Me acerqué lentamente, sintiendo la tensión en el aire como una cuerda a punto de romperse. Quería entender, necesitaba entender lo que había ocurrido realmente. Pero también sabía que no podía ignorar lo evidente.

-Voy a darte lo que te mereces -susurré, más para mí mismo que para ella. Mis manos temblaban ligeramente, luchando por contener la explosión de emociones que amenazaba con desbordarse.

Ella me miró con los ojos llenos de lágrimas, su rostro reflejando el remordimiento y la angustia. Ambas estábamos atrapadas en un momento de dolor y confusión, donde las palabras parecían insuficientes para reparar el daño causado.

Decidí tomar un respiro profundo antes de hablar de nuevo. Necesitaba claridad, necesitaba respuestas que pudieran calmar la tormenta que rugía dentro de mí. Pero más que nada, necesitaba saber si aún podía confiar en ella, si nuestro amor era lo suficientemente fuerte como para superar este desafío.