MI NOVIA POSESIVA

Capitulo #13 " Perfect gift " ( Editado)

Ingrid
Después del desayuno, mis amigos y yo decidimos salir un rato al centro comercial. Este es nuestro último día, pues Billie había decidido querer pasar su cumpleaños de vuelta en casa y con su familia, algo que obviamente no se puede negar, aunque mi plan era quedarme más tiempo. Pero me reconfortaba saber que regresaríamos a nuestro hogar tranquilas, llevando con nosotras todos los recuerdos de este viaje y las risas compartidas.

Antes de salir, reviso si la vestimenta de mi novia es adecuada. Siempre me aseguro de que no use faldas ni vestidos; ella solo tiene permitido llevar pantalones. Sí, lo sé, soy celosa y posesiva, y ella me hace caso. Me invade una sensación de control, pero también una inseguridad constante que no logro disipar. A veces me pregunto si realmente es justo para ella, pero luego me convenzo de que es por su propio bien, por nuestra relación.

-Luces muy linda -alagué a mi novia. Se veía tan linda que en realidad no sé cómo fue capaz de enamorarse de mí; suerte, supongo. -Aún no entiendo cómo fue que te enamoraste de mí.- Ella solo sonríe ante mis palabras, una sonrisa que ilumina el día y disipa mis inseguridades por un momento.

-Te amo tanto -Billie se acerca más a mí, logrando que mi corazón lata con una fuerza indescriptible. ¿Cómo había logrado ella enamorarme de una manera que nadie más había logrado? Su amor era un refugio en medio de mis tempestades internas, un ancla en un mar de dudas y miedos.

-Yo también te amo -le respondí. Siempre es importante devolver un "te amo", y los de ella son los mejores. En esos momentos, mientras caminábamos de la mano hacia el centro comercial, me sentía en paz.

Al llegar al centro comercial, nos unimos a nuestros amigos y comenzamos a recorrer las tiendas. La atmósfera estaba llena de risas y conversaciones animadas, pero mi mente seguía regresando a la idea de nuestro regreso a casa. Cada vez que Billie me tomaba de la mano o me dedicaba una mirada amorosa, sentía que el mundo se detenía solo para nosotras dos. Este viaje había sido más que una simple escapada; había fortalecido nuestro vínculo de maneras que no podía haber imaginado.

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Habían pasado casi una hora metidos en el centro comercial, y tenía que buscar un regalo para mi novia. No sabía qué darle para su cumpleaños; tenía que ser algo especial, tanto como ella.

Mientras pensaba en cómo distraerla, se me ocurrió que los chicos podían llevársela. Bueno, no fue mi idea, sino de Fabiola. Lo reconozco, fue difícil que aceptara. Y lo hice a regañadientes; mis amigas me acompañarían a comprar el regalo.

Sabía que encontrar el regalo perfecto era crucial. Quería comprar algo extravagante y brillante, y es lo que hice.

Le compré un colgante de oro blanco con un pequeño diamante en el centro. Sabía que amaba las cosas elegantes y sencillas, pero al mismo tiempo quería sorprenderla con algo que realmente la hiciera brillar. La joya, aunque pequeña, tenía una presencia innegable, y me imaginaba cómo sus ojos se iluminarían al abrir la cajita.

Pasé horas buscando en diferentes tiendas, hablando con los joyeros y explorando cada detalle. La elección no fue fácil, pero al final, cuando vi ese colgante, supe que era el indicado. No solo por su belleza, sino porque reflejaba un poco de lo que siento por ella: algo precioso, delicado y eterno. Estaba emocionada y nerviosa a la vez, imaginando su reacción.

-Ingrid Fernanda Roca Williams.- Llevamos metidas en esta joyería una hora, es mejor que te hayas convencido.- Se queja Isabella.

-Este regalo es perfecto para ella.- Dije caminando hacia el mostrador con determinación. Mientras el joyero envolvía el colgante en una delicada caja de terciopelo, mi mente se llenaba de imágenes de su reacción. Pensaba en cómo sus ojos se iluminarían al ver el brillo del diamante y cómo su sonrisa reflejaría la felicidad que tanto me esfuerzo por brindarle. Cada detalle de este regalo había sido escogido con amor y dedicación, esperando capturar la esencia de lo que ella significa para mí.