Ofrenda | 15 años

105 17 0
                                    

14 de febrero, uno de los días del año que más detestaba. Y no era para más, digamos que no era lo mío ver corazones rosados por casi cualquier lado por donde pasaba, incluida la escuela. Además de que las parejas ese dia se ponían más cursis de lo normal, digamos que no era tanto de mi agrado ver a los empalagosos de Tweek y Craig compartiendo chocolates con forma de corazones mientras Craig levantaba entre sus brazos a Tweek.


- Fecha de mierda - me quejaba mientras iba caminando por los pasillos de la escuela junto contigo, Stan y Kenny, arrastrando los pasos y con mis manos en los bolsillos del pantalón - lo único que harán las personas es gastar su dinero de manera estúpida, no le veo sentido.

- No puedo creer que vaya a darte la razón - respondiste casi de inmediato y con esa mirada de fastidio tan propia de ti - pero, por otra parte... Los que tengan pareja lo verán como algo especial así que supongo que está bien si esas personas lo quieren ver así...


Esas palabras salidas de tu boca hicieron eco en mi mente por un momento. Y sí, aunque aún no éramos oficialmente pareja y no haya llegado lejos contigo más allá de unas cuantas citas sentía esa necesidad de regalarte algo a manera de cortejo. Algo que opacara a cualquier otro imbécil que quisiera impresionarte para que aceptes salir con él.

Pasé días planeando esto a la par que seguía disimulando mi molestia por las parejas empalagosas. Pensé que ni siquiera lo sospechabas así que era mejor para mi.

El día de san Valentín me levanté más temprano de lo normal para ir y recoger tu regalo. Llamé a Butters sabiendo que estaba con ustedes (con Kenny sobre todo, probablemente se estaban besando o algo así) para que te pidiera ir con él hasta la puerta de entrada. Ahí te recibí con un enorme ramo de rosas rojas, una caja grande de chocolates con fresa y un gran globo de helio con forma de corazón rojo en el que se podía leer la frase "be my funny valentine".

Al ver eso te sonrojaste bastante (y seguramente creías que no lo notaría) pero igual aceptaste mis regalos. Quién sabe si te habrás dado cuenta de que era intento de cortejo, era demasiado obvio... No me rindo, sé que un día serás solamente mío, mío y de nadie más.













































































The story that won't end | omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora