Ojos de cachorro | 26 años

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El segundo embarazo iba bastante bien, mejor de lo que esperaba considerando que volviste a embarazarte dos meses después de que Eric naciera.

Los primeros meses se pasaron rápido, entre consultas, revisiones constrantes y además cuidar de nuestro primer hijo. Para cuando me di cuenta ya estabas en el cuarto mes y el bulto en tu vientre comenzó a notarse.


Las tardes eran frias, propias de los climas de otoño. Ese día estaba sentado en el sofá frente al televisor mirando un partido de fútbol mientras Eric dormía entre mis brazos cuando de manera repentina te sentaste a mi lado y me abrazaste, habías estado redactado unos documentos para tu trabajo y supuse que ya habías terminado, besé tu frente y dejé que cargaras a nuestro pequeño un momento mientras te abrazaba.


- Tu hija y yo tenemos hambre - me miraste a los ojos mientras recargabas tu cabeza sobre mi pecho, eras tan lindo cuando hacías eso.

- ¿Que quieren de comer? - mientras tú te recargabas sobre mi pecho yo comencé a tocar y jugar tu cabello, tú pensabas en algo que te gustaría comer a la par que disfrutabas mis caricias.

- Ahora que lo recuerdo... Abrieron un restaurante de comida vegetariana en el centro comercial hace poco, ¿podemos ir?

Me quedé callado por un momento mientras te acariciaba, honestamente pensé que tendrías un antojo un poco más... Ya sabes, normal. No me gustan los vegetales y en si prefiero mil veces más la carne, cosa que no dudé en expresarte de la manera más "tranquila" que encontré.

- Por favor Eric... Te dejé elegir el nombre de tu hija y no me quejé cuando decidiste que era buena idea ponerle el mismo nombre de Lady Gaga... ¿Me dejas elegir la comida?


Estaba por pedirte que escogieras algo más para comer cuando me miraste con ojos de cachorro, de esa manera tan tierna que me era imposible negarme a lo que sea que estuvieras pidiendo. Como era evidente (y pasa bastante seguido) acabé aceptando llevarte al dichoso restaurante al no poder resistirme por la linda mirada que me dedicabas, esos bonitos ojos de cachorro que usabas a tu favor eran suficientes para enamorarme aún más de ti y hacer cualquier cosa que me pidas.


Al final terminé llevándote y aunque no disfruté nuestra comida tanto como tú y nuestro hijo el ver a ambos felices compensó todo esto.




































































































The story that won't end | omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora