Gruñido | 26 años

100 17 0
                                    

Si hay algo que detesto en esta vida es las dichosas "cenas interempresariales" a las que estuve obligado a asistir desde que me convertí en gerente (y sí, fué gracias a que le gané una partida de poker al dueño de la empresa, pero eso no es lo importante por ahora). Supongo que era parte de tener este puesto, pero nadie me lo avisó.

Honestamente era demasiado aburrido para mi estar ahí durante casi cuatro horas, pero en ninguna de las reglas especificaba que no podíamos llevar a nuestras parejas así que decidí invitarte a ti y nuestros cachorros al evento, al menos así sería más soportable y después podríamos ir a otro lado.

Habíamos acordado que yo estaría en el salón desde las seis de la tarde al salir de trabajar y tú llegarías con nuestros pequeños media hora después. Mientras yo esperaba tu llegada me quedé sentado en uno de los lugares disponibles, saludando a algunos socios meramente por cortesía y bebiendo margaritas cuando de la nada una chica que había comenzado a trabajar como jefa del área de ventas hace poco se acercó a mí, supongo que ella creía que estaba soltero (a pesar de que era un poco notorio el anillo de matrimonio que llevaba puesto) porque era evidente que se había acercado a tratar de coquetear conmigo, ni bien pude apartarla y decirle que estoy casado cuando detrás de mí escuché un gruñido que pude reconocer de inmediato: mi pequeño monstruo.

Yo en ese momento me levanté a abrazarte, besarte y cargar a Joanne mientras que tú tenías a Eric entre tus brazos.

- Tardaste en llegar, pequeño monstruo - hablé con tono suave cerca de tu oído mientras que te abrazaba, procurando calmarte antes de que tu lado de Jersey saliera a la luz en un momento no muy adecuado.

- Más bien llegué antes de que te pusieran una mano encima, idiota.

- Ya, relájate ¿sí?

La chica aún nos miraba un tanto confundida, y como seguías gruñendo para ese momento te abracé por la cintura y te presenté como mi esposo. Ella respondió con cortesía y se alejó a sabiendas de que no tenía una oportunidad conmigo, mientras que tú sólo me miraste un momento para luego abrazarme, eran un poco extraños esos celos y cambios de humor pero en parte era lo que a mis ojos te hacían tan lindo. 





























































































The story that won't end | omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora