Impregnación del aroma | 26 años

83 10 0
                                    

Con la llegada de nuestra bebé tuvimos que reacomodar nuestros horarios tanto de la casa como del trabajo para poder cuidar de ambos: tanto a Eric como a Joanne los cuida mi suegra (que si bien no soy santo de su devoción y mucho menos una de sus personas favoritas en el mundo al menos es buena con nuestros hijos) por las mañanas y hasta las tres de la tarde cuando sales de trabajar y los llevas de regreso a la casa. Ahí los alimentas, bañas y dejas que jueguen un rato hasta las seis y media de la tarde cuando llego a casa, justo a tiempo para la hora de la cena. Cenamos en familia y pasamos el rato hasta las nueve, que es cuando Eric y Joanne se van a dormir.

Por los horarios que tenemos normalmente eres tú quien pasa más tiempo con ellos al menos entre semana. Pronto nos acostumbramos a ese estilo de vida hogareño y familiar hasta el punto en que he comenzando a disfrutar de nuestra ahora tranquila vida y sobre todo de nuestro matrimonio, que estaba mejor que nunca. Sin embargo y a pesar de ya tener una rutina establecida a veces teníamos que cambiar un poco las cosas, como aquella vez en que tuviste que quedarte más tiempo en el trabajo ya que estarías en juicio defendiendo a un tipo afroamericano rico que había sido encarcelado hace poco, razón por la que tuve que tomar un día de descanso en el trabajo para cuidar a nuestros pequeños mientras tú no estabas, además pasaría más tiempo con ellos esa semana.

Contrario a como lo hacías ver era más complicado de lo que parece, sobre todo por lo inquieto es Eric y lo fácil que es hacer llorar a Joanne, pero no fué eso lo que más me llamó la atención. Fué en un momento cuando cargué a Joanne para arrullarla luego de haberla alimentado cuando percibí tu aroma aún si no estabas presente, lo mismo pasó con Eric y ahí me dí cuenta de que había sido porque ellos tenían impregnado tu aroma, era normal considerando el tiempo que estás con ellos en la semana.

Gracias a que tenían tu aroma impregnado incluso después de haberlos bañado sentía como si tú también estuvieras aquí conmigo, tu aroma seguía presente por toda la casa y eso hacía que se respire un ambiente de paz y tranquilidad.

- ¿Cómo estuvo todo? - preguntaste ya en la noche y estando en la cama conmigo.

- Fué más tranquilo de lo que pensé. Los niños tenían tu aroma y eso hizo que se sintiera la tranquilidad en la casa.

De inmediato te sonrojaste al escuchar eso, trataste de apartar la mirada pero yo te abracé y besé tus mejillas mientras reía por tu reacción, en serio no entendía por qué te avergüenza si para mi fué un detalle agradable, el sentir paz en la casa aún si sólo era yo cuidando de nuestros cachorros.

Era tu aroma el que mantenía ese ambiente de paz en nuestro hogar, y más allá de si es por tu instinto maternal de omega o no el sentirte cerca de mí siempre fué lo mejor del día.






























































































The story that won't end | omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora