Cuidados posteriores | 25 años

70 9 1
                                    

- ¿Estás bien? ¿no te duele?

Después de esa agitada noche en la que nuevamente intentamos procrear ambos estábamos cansados, cubiertos de sudor y fluidos pero satisfechos, bastante diría yo.

Esperé a que mi nudo se relajara para poder salir de tu interior y acostarme al lado tuyo, y luego de un rato esperando entre besos y caricias a tu rostro para que no sintieras tanto dolor al fin pude hacerlo. Me recosté al lado tuyo y te abracé,

- No... Sólo estoy cansado.

- ¿Y te gustó?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Porque hieres mi orgullo, judío.

De inmediato una risa escapó de tus labios acompañado de un insulto que no alcancé a escuchar pero creo que me llamaste "gordo narcisista" o algo así. Nuevamente pregunté y sólo asentiste con una sonrisa descarada.

Mientras tratábamos de recuperar el aliento y te besaba a la par que te acariciaba te pregunté si querías tomar un baño, o si querías que te trajera algo de la cocina. Te negaste diciendo que yo también debía descansar pero aún así me levanté para preparar un baño caliente para ambos, seguido de eso te llevé cargando de regreso a nuestra habitación y utilicé el aceite para darte un relajante masaje de espalda, acompañado de mimos y caricias.

- Eres muy cursi - hablaste mientras te daba masajes en tu espalda, seguido de besos en la mejilla - quién diría que el mismo sádico hijo de puta podría ser tan dulce y atento.

- Oh, cállate - respondí con una risa que al parecer te hizo sonrojar - sólo soy así contigo, mi caramelo ácido.



Puede que te parezca cursi o hasta cierto punto ridículo (porque a mi también de hecho). Pero si se trata de cuidar a mi omega o procurarlo yo haría lo que sea con tal de asegurarme de que estés bien.









































































The story that won't end | omegacember 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora