♠︎01¡!

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—¿Estás preocupada?

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—¿Estás preocupada?

La pregunta de su padre la sacó de su ensimismamiento. Por unos instantes, había olvidado que estaba en la sala con Mark, viendo Star Wars mientras cenaban ramen instantáneo.

—Un poco... por Nick y mis amigos. —susurró, viendo la oscuridad que pintaba al parque de tráilers—.  Ya sabes, Sweet Pea y Fangs... Hoy es la última prueba de la iniciación.

—Lo harán bien, hija. —revolvió su cabello con aquel cariño paternal que lo caracterizaba, pero la preocupación de Heather no se esfumó—. Prepara esa máquina, que pronto harás sus tatuajes.

Sonrió, un poco más ligera.

Hacia un año que su padre le había enseñado a hacer tatuajes; y es que la joven siempre fue muy buena con cualquier actividad artística. Tener la oportunidad de tatuar a su hermano y amigos la animaba.

Masticó de manera pausada el siguiente bocado e intentó ahuyentar los malos pensamientos. Se dejó llevar cuando Mark comenzó a hacer críticas de los efectos especiales de la saga y, aún más, cuando comenzaron a pelear por el control para cambiar la película.

A la hora, se colocó un enorme abrigo lila y salió de su hogar, encontrando a las Serpientes reunidas allí.

Se apresuro a llegar hasta sus amigos. Habían pasado semanas desde que se conocieron en el autocinema, pero ese fue el comienzo de múltiples encuentros en la cantera y juegos de billar en el Whyte Wyrm.

—¿Están asustados? —indagó, llamando su atención de inmediato—. Yo lo estaría.

—De hecho, estamos bien. —Nick tomó la palabra, sonriéndole encantadoramente a su hermana; probablemente no quería que se preocupara tanto por ellos—. Diría que la ansiedad le gana al miedo.

Fangs parecía nervioso mientras que Nick detonaba emoción por cara poro de su piel. Por otra parte, Sweet Pea estaba impasible, como era característico en él; siempre llevaba una coraza encima que hacia que fuera muy difícil leerlo o, bueno, simplemente comprenderlo.

—¡Prepárense, novatos!

Fangs apretó los puños y avanzó. Nick estuvo a punto de seguirlo, pero su hermana lo detuvo con un fuerte abrazo.

—Recuerda. —le susurró, apretujándolo con vehemencia. Nick sobó su espalda para tranquilizarla—. Mantente en pie.

—Lo sé, ricitos.

Se alejó luego de besar su sien, siguiendo a su amigo. Heather notó que Sweet Pea aún seguía detrás de ella; cuando sus ojos se encontraron, él le tendió su chaqueta de mezclilla.

—Cuídala por mí. —pidió, sonriendo ladino—. No la necesitaré luego de esto.

Heather no pudo evitar reparar en sus bíceps bien tonificados y en la manera en la que las venas se marcaban en su tersa piel. Tragó en seco y tomó la chaqueta, intentando no hacer tan evidente su nerviosismo, ¿por qué sólo él lograba ponerla así?

𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐫𝐨𝐥𝐥𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬¡! Sweet PeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora