♠︎09¡!

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Su celular vibraba con mensajes de Sweet Pea mientras los nervios escalaban por la columna vertebral de la joven, quien se movía ansiosa en el asiento de copiloto

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Su celular vibraba con mensajes de Sweet Pea mientras los nervios escalaban por la columna vertebral de la joven, quien se movía ansiosa en el asiento de copiloto.

—Heather, quédate quieta.

—Lo siento, es que... Mierda, Nick, papá al fin regresará con nosotros. —alegó en tono incrédulo. Aún no procesaba lo que estaba a punto de suceder a pesar de la llamada que recibieron—. ¿Crees que esté tan nervioso como? Tal vez tenga hambre, deberíamos llevarlo a Pop's... Oh, ahora que lo pienso, nunca me dijiste si lo fuiste a visitar estos meses.

—De hecho, sí. —respondió su hermano, sonriendo de lado mientras conducía el vehículo que les prestó una de las Serpientes—. Pocas, a él no le gustaba que lo viera así... Y, de cierta manera, se alegraba de que Alice te prohibiera verlo. —comentó, dando en el blanco de las preocupaciones de la menor, quien era evidente que aún se sentía culpable por no visitarlo—. Él pensaba que esa podría ser la última imagen que tendríamos de él.

Heather asintió, pensativa, pues le entristecía mucho todo lo que sucedió y lo que estuvo a punto de suceder, pero ahora todo era distinto. Parecía como si los engranajes de su vida estuvieran encajando poco a poco.

—¿Por qué crees que se redujo la sentencia?

Si Heather no hubiera volteado hacia Nick, no habría podido ver cómo sus nudillos se ponían pálidos alrededor del volante.

—No lo sé.

—¿No es estraño? —volvió a preguntar, a pesar de que le consternó mucho esa acción del rubio—. Digo... nos habían dicho que estaría en prisión alrededor de veinte años y ahora es como si todas las acusaciones en su contra se hubieran esfumado. —lo miró, fruciendo el ceño, ¿por qué de pronto estaba tan tenso?—. ¿Nick? ¿Me estás escuchando?

—Sí, Heather, pero no sé qué es lo que quieres que diga. —soltó, bastante brusco—. Papá será libre, es todo lo que importa.

No tuvo tiempo de cuestionar su actitud tan repentinamente evasiva, cuando el auto se estacionó frente a la entrada de la prisión estatal.

El aire se atascó en su garganta cuando vio a Mark Smith cruzar el alambrado luego de darle un desinteresado saludo al guardia, quien lo miraba de muy mala gana.

Heather salió del auto y, prácticamente, corrió a los brazos de sus padre, escuchando los pasos de Nick detrás.

En cuanto lo envolvió, todas sus preocupaciones desaparecieron y sólo sintió alivio y regocijo al aspirar su aroma a madera húmeda y colonia barata.

—Yo también te extrañé, pequeña.

Escuchar su autoritaria voz y sentir las caricias en su cabello fueron más que suficiente para que rompiera en llanto.

—Si vuelves a irte, te mataré. —sollozó, aferrándose a él como si temiera que ello fuera un muy cruel sueño—. ¿Oíste? Y cortaré en pedacitos tus cómics de spiderman.

𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐫𝐨𝐥𝐥𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬¡! Sweet PeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora