♠︎18¡!

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—¡Nos prometiste una maldita guerra! —bramó Sweet Pea—

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—¡Nos prometiste una maldita guerra! —bramó Sweet Pea—. ¿Y en cambio andas adulando al lado norte?

Heather no estaba en la reunión, últimamente estaba muy ocupada con las porristas. Y a Sweet Pea le jodía no ser él quien la acompañara a sus prácticas y la recogiera cuando finalizaban. Extrañaba mimarla con sus galletas saladas favoritas y aferrarse a su cintura.

Estaba furioso consigo mismo y dolido por todo lo que Heather le echó en cara.

—Necesitamos esos votos, sólo así podemos hacer cambios. —argumentó Jughead, intentando mantener la armonía del grupo—. Quién gane estará en el comité escolar, es decir, estaríamos dentro y no nos podrían callar.

Nick bufó, dando una mirada seca a Betty, quien se mantenía callada en uno de los escritorios desde que llegó. Pero Fangs fue el que soltó:

—¿A ti y a la princesa del lado norte?

—Sería mucho mejor que yo me postulara a tu lado, Jones. —ofreció Tara, burlona. Aunque todos sabían que no podría ser capaz de manejar tanta responsabilidad.

—Hablando en serio... —agregó el rubio, haciendo caso omiso a la poca seriedad de Tara, quien soltó una risa amarga—. No la queremos aquí.

—¿Por eso están enojados? —indagó el joven castaño con el ceño fruncido—. Betty está de nuestro lado.

—Sí, ayudé a las Serpientes en muchas ocasiones. —se defendió a sí misma. Sweet Pea rodó los ojos—. Ayudé a encontrar la cabeza de la estatua de Pickens, hice que Cheryl declarara para que FP, su rey, saliera antes.

—Hiciste todo eso por tu novio, no por las Serpientes.

El joven Jones alzó las manos, perdiendo la paciencia.

—Basta, cálmate, Sweet Pea.

—¿Qué? En poco tiempo nos abandonará, como su madre. —acusó, apuntándola con desdén—. Es enemiga de las Serpientes; nos atacó en el periódico y nos culpó de crímenes que no cometimos. —Las Serpientes estaban molestas, pero él tenía sus sentimientos desmedidos y buscaba desquitarse del alguna manera—. Postularte con la hija de la traidora es una bofetada, y sólo por eso no tendrás el voto de las Serpientes.

—Oye, si estás molesto porque Heather...

Sweet Pea apretó los puños.

—Eh, Jones. —interrumpió Fangs—. Yo no tocaría ese tema si fuera tú.

—Sólo digo que esta conversación no tiene sentido si él está furioso porque Heather lo mandó a la mierda.

Sweet Pea estuvo a punto de avalanzarse contra Jones, cuando Nick lo empujó lejos.

—Viejo, cálmate. —advirtió el rubio, con quien, de hecho, no se hablaba desde su grotesca pelea en la sala de descanso—. Aquí no.

El pelinegro chaqueó la lengua, recogiendo sus cosas de manera brusca.

𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐫𝐨𝐥𝐥𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬¡! Sweet PeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora