♠︎22¡!

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Heather estaba segura que tanto su padre, como hermano y novio se molestarían mucho al descubrir que se estaba encaminando, sin titubear, a la batalla que se desataría contra los Diablos

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Heather estaba segura que tanto su padre, como hermano y novio se molestarían mucho al descubrir que se estaba encaminando, sin titubear, a la batalla que se desataría contra los Diablos. Y es que, en su defensa, ella no había prometido realmente nada, y tenía todo el derecho de ir, dado que era un Serpiente.

No abandonaría a los suyos, mucho menos después de perder a Fangs.

Claramente, ella era consciente de las nulas oportunidades que tenía de ganar en una pelea cuerpo a cuerpo, por lo que, iba cargando una bien cargada escopeta. Muchos lo llamarían "jugar sucio", pero Heather prefería pensar que así tendría el control sobre lo que sucedía. La idea era que, desde la distancia, protegiera a las Serpientes tanto como pudiera; no planeaba disparar a muerte, más bien asustar y herir. El abuelo de Toni había sido muy amable al prestarle el viejo rifle que colgaba en su tráiler y, si bien su puntería no podría considerarse la mejor, sabía que era mucho más que quedarse sentada esperando.

Se acomodó detrás de unos arbustos, escuchando los alaridos y golpeas que se daban los pandilleros entre ellos.

Dejó escapar un tembloroso suspiro mientras apuntaba hacia el campo de batalla, buscando, casi desesperadamente, a sus amigos. No demoró en localizar a su padre, quien realmente no parecía precisar mucha ayuda mientras pateaba a un Diablo que se acurrucaba en el suelo; luego encontró a Tara y Nick, quienes, a pesar de estar con sus propias luchas, se protegían la espalda entre ellos. Más a la lejanía, divisó a Sweet Pea golpeando fervientemente el rostro de un barbudo hombre. Entonces, en un descuido, el hombre lo revolcó de tal manera que Sweet Pea pareció desestabilizarse.

Heather no dudó a la hora de apretar el gatillo y la bala salió disparada directa a un lado del hombre; apenas lo rozó, pero fue suficiente para que él se desconcertara junto a muchos otros que estaba cerca y oyeron el sonido del disparo. Sweet Pea se abalanzó y con un buen golpe, lo dejó inconsciente contra el césped.

Este alzó la mirada, buscando, por un instante, la procedencia del disparo, pero Heather intentó ocultarse lo mejor posible.

Los minutos sangrientod continuaron y la rubia aprovechó las balas al máximo, cubriendo las espaldas de las Serpientes, no obstante, luego de tanta actividad de su parte, fue localizada con mucha más rapidez.

—Miren a quién tenemos aquí.

Heather dio un respingo y, antes de que pudiera voltearse, una ruda mano tiró de sus cabello, provocando que soltara un grito, tanto de sorpresa como de dolor. Su cuerpo cayó hacia atrás y el rifle se resbaló de entre sus manos.

—Ay, princesita, ¿Te perdiste? —se burló, acercando su rostro al de la chica, quien, al reconocerlo, sintió su sangre helarse—. Tú me debes algo a mí.

Era el Diablo rubio con el que Sweet Pea se había peleado el día de la carrera por defenderla. Se veía igual de demacrado y repugnante que la última vez, pero mucho más enfadado y parecía hablar muy en serio.

𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐫𝐨𝐥𝐥𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬¡! Sweet PeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora