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Las últimas semanas, el ambiente en el Whyte Wyrm era apesumbrado y triste; y Heather quería ayudarles a recordar los viejos tiempos: cuando eran una pandilla unida y muy respetada, cuando ese bar era más que un simple asilo con olor a derrota

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Las últimas semanas, el ambiente en el Whyte Wyrm era apesumbrado y triste; y Heather quería ayudarles a recordar los viejos tiempos: cuando eran una pandilla unida y muy respetada, cuando ese bar era más que un simple asilo con olor a derrota. Por ello, un día se subió al escenario y los trasportó a todos a aquellos vívidos y eufóricos momentos.

Y, ahora, lo hacía todas las noches sin falta, a veces más de una vez al día si se pedía lo pedían. Eso la hizo sentirse más útil o, al menos, la distraída de todo lo que estana ocurriendo. Entonces, su voz se convirtió en el ancla que mantenía a todos enraizados al presente, a pesar de los días sombríos que habían marcado a la pandilla de las Serpientes.

—We're picking fights, we're fully grown
How come we get so immature when we're alone? —su voz, potente y clara, cortaba el humo y la charla de fondo, capturando la atención de cada persona en el lugar. El escenario, iluminado por focos que arrojaban luces de colores sobre su figura, parecía pequeño para la magnitud de su talento—. I roll my eyes, you check your phone. You say I'm overly dramatic and I know... —vestida con la chaqueta de cuero y jeans ajustados, Heather personificaba el espíritu rebelde y libre de las Serpientes, su cabello brillaba bajo las luces mientras se movía con la música, su energía infecciosa—. 'Cause I wanna bring you to your knees, ¡Begging for me now, begging for me! Push you to the edge to see How far you're willing to reach.

Sweet Pea, parado entre la multitud, no podía apartar la vista de ella. Su mirada estaba llena de admiración y un orgullo palpable. En su mano, sostenía una pequeña bolsa de dulces, un regalo simple pero significativo, planeando dárselo en cuanto tuviera oportunidad.

—I'm slamming the door, but I'm staying. I make up my mind then I change it. It's you that I want when we're breaking. Every time I tell you that we're done, I'm fakin'... —la fémina sonrió porque, cada vez que sus ojos se encontraban, él le hacía señas para mostrarle la pequeña bolsita de colores—. I'm losing the game that I'm playing. Keep pulling me close 'cause I'm caving. Don't forget the words that I'm saying. Every time I tell you that we're done, ¡I'm fakin'!

La multitud se movía al unísono, atrapada en la magia del momento, en la voz que prometía un escape, aunque fuera momentáneo, de las preocupaciones que los asediaban.

Sin embargo, el curso de la noche cambió abruptamente con la llegada inesperada de Jughead, seguido de cerca por Cheryl y Archie. La urgencia en su voz cortó la música como un cuchillo, el silencio se apoderó del lugar en cuestión de segundos.

—Llévense sólo lo necesario y lo que puedan cargar, debemos movernos rápido y en silencio. —alegó, luego de explicarles la redada que estaba por hacerse esa misma noche—. Las fuerzas del Sheriff Minetta nos buscan, y quieren sangre. —asustada, Heather entrelazó sus manos con la de su hermano, Nick, quien se mostraba muy estresado por dicha situación—. Si queremos el cráneo intacto, nos iremos sin que nos detecten.

𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐫𝐨𝐥𝐥𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬¡! Sweet PeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora