♠︎13¡!

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—No puedo creer que no se den cuenta

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—No puedo creer que no se den cuenta.

Heather bebía amenamente un licuado de multifrutras —cortesía de Toni— en tanto veía a Sweet Pea jugando un obsoleto, pero entretenido, videojuego de arcade. El chico estaba de muy buen humor, a pesar de lo acontecido, pues habían tenido una larga sesión de besos y caricias en la biblioteca, además de una divertida clase de computación con Heather —que fue la única clase que compartió con ella en el día—, y, a la salida, hizo una pequeña carrera de motocicletas con Nick, Fangs y Tara.

—Weatherbee nos está reprimiendo, ¿nos dice cómo vestir? —vaya que Jughead sonaba molesto. Heather intercambió una mirada con la de mechas rosas, aguantando la risa—. ¿qué sigue? ¿implantes para controlar lo que pensamos?

—Suenas como un conspiranoico. —le hizo saber Toni—. Nuestra escuela cerró.

—Una escuela que apesta. —acotó Sweet Pea.

—Estamos en una mejor, con computadoras y libros...

—Inodoros que funcionan. —volvió a agregar, con la vista perdida en el videojuego. Heather tuvo muchas ganas de besarle la mejilla por lo tierno que se veía tan concentrado, y cuando no quería aniquilar a nadie, claro está.

—Ser transferidos a Riverdale es lo mejor que nos ha pasado.

—En la vida. —gruñó al sentir un pequeño pellizco en las costillas. No dejó de jugar, pero susurró—. Excepto por ti, nena.

Heather asintió, satisfecha.

—Si me tengo que quitar la chaqueta de 8:30 a 15:00, entre semana, lo haré.

Jughead no estuvo de acuerdo, por lo que procedió a largarse de muy mala gana.

Jughead no estuvo de acuerdo, por lo que procedió a largarse de muy mala gana

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—Extraño tu tatuaje. —se quejó la fémina, acariciando el cuello del suéter de Sweet Pea.

—Nena, lo ves siempre.

—Sí, pero igual.

El muchacho le besó la mejilla y, cayendo ante los caprichos de su chica, se bajó la prenda para que lo pudiera ver una vez más.

𝐂𝐢𝐧𝐧𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐫𝐨𝐥𝐥𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐤𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬¡! Sweet PeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora