CAPITULO 34- "PERVERSO."

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Ilenko.

Los voyeviki revisan los maletines llenos de dinero y desde la tribuna
privada observo cómo sube el nombre a la doceava casilla del tablero después esclarecer la situación.

Los socios se levantan satisfechos dándose por bien servido, las apuestas son un entretenimiento pasajero para la Bratva, el cual se busca en cualquier tipo de actividad.

Mis hombres cuentan el dinero y les indico que agilicen la tarea saliendo
al pasillo donde me topo con Domi, su sumiso y mi patinadora. Sigue con el antifaz puesto, solo se cambió luciendo una minifalda con medias hasta la mitad de los muslos.

—La pequeña estrellita —comenta uno de los miembros que viene atrás

— ¿Quieres ir a una fiesta privada?

La tomo del moño sujetándola con furia y ella se enoja de inmediato.

—¿Fiesta? Que vaya a dar el culo en los callejones por dinero, el cual
contribuya a la deuda —ejerzo más fuerza avanzando con ella bajo la
mirada de los socios mientras Domi alega:

—¡Boss, ella paga con su deporte! —inquiere, pero no le hago caso.

Mi silencio es un claro no me interesa y bajo las escaleras sin soltarla metiéndola en la camioneta. Reniega quitándose el antifaz y mi chofer arranca acelerando cuando se lo exijo.

Acomodo el arma que tengo atrás, no se me ha quitado el mal sabor que
dejó la escoria de juez que quiso verme la cara.

—No es verdad lo de los callejones, ¿Cierto? —pregunta ella con cierto
temor en la voz.

No le dije nada después de penetrarla, simplemente la bajé y me fui dejándola en la oficina con el muerto.

—No es verdad ¿O si? —insiste.

Reparo su atuendo, le gusta la ropa pequeña y tal cosa me hace mover el
cuello. Se nota que está caliente con las manos entre las piernas.

—A lo mejor. Yo le saco provecho a todo y no está mal sacárselo a tus
ganas de follar —confieso.

—Pero quiero follar contigo, no con otros —junta las rodillas y miro a la
ventana con el calentón que me provoca.

—Pagas para que te aniquile.

Los hombres que me rodean manejan la ley del silencio, llegar a decir lo que hago es considerado traición, pero el que sean de mi entera confianza no quita que quiera darle una buena tunda a ella por boquisuelta.

La pista no está muy lejos del hotel y ella sujeta sus cosas siguiendome
adentro. Estoy tan rabioso y acalorado que me saco la chaqueta y la camisa antes de arrancarle la ropa dejándola desnuda de la cintura para arriba. Mi instinto dominante quiere marcar y por ello saco la correa del pantalón.

—No así...

—Asi es conmigo, así que quítate las bragas, ponte en cuatro y levanta
esa falda —demando con firmeza— ¡Ya!

No tiene escapatoria y duda reparando el objeto que tengo en la mano.

—Al suelo, Ved'ma —le doy un tirón en el cabello y obedece sacandose
la ropa interior. Adopta la posición dejando la falda sobre su cintura y hago sonar el cuero antes de lanzarlo a la piel marfileña de sus glúteos, brinca de inmediato mientras hago fuerza con los dientes antes de lanzar el otro.

El sonido que emite su garganta me da esa sensación de poder que todo
amo quiere. Paseo la correa por su espalda y vuelvo a azotarle las nalgas mientras se mece lidiando con el ardor.

BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora