2.

421 26 0
                                    

—Estoy siendo muy intensa, ¿verdad?

Reí negando.

—No me mientas, Jen.

—Lili, estoy bien con esto.—dije acomodando su flequillo despeinado.—estoy bien.

Como respuesta me dió una enorme y dulce sonrisa.

Este momento me causaba mucha ternura y llenaba mi corazón. Había recostado su cabeza sobre mi vientre mientras hacía trazos con sus delgados dedos. Sé que ella había anhelado tanto esta etapa en nuestras vidas como yo, la emoción que recorría por todo mi cuerpo era inexplicable, habíamos llorado cuando Davis comprobó que efectivamente alguien de 12 casi 13 semanas estaba ahí, pero al parecer no fue suficiente lo que lloré hace unas horas atrás, yo quería seguir llorando.

El móvil de Lisa empezó a sonar a nuestro costado sacándonos de la burbuja que habíamos formado, ella inmediatamente se sentó sobre la espaciosa cama colocándose a mi lado.

—Son las chicas.

Avisó antes de contestar. Lo primero que escuché fue gritos, los gritos de Rosé. Lisa ríe mientras se apoya a mi hombro y coloca mejor el teléfono de tal modo que ambas podamos aparecer en la videollamada.

—¡Estoy que no me lo creo! Dios. No... no he dejado de llorar.—ella limpia con el dorso de su mano las lágrimas que aún seguían saliendo.—Fue un martirio para mi tener que esperar a que Jisoo se desocupara para poder llamarlas. Esto es increíble y hermoso chicas. Anhelábamos esto tanto como ustedes.

Un "Oww" es lo que sale por parte de Lisa haciendo un puchero. Sonrío, o al menos lo intento. En realidad lo que ha dicho me ha llegado.

—Rosé, no han pasado ni 15 minutos de la publicación de Jennie.

Jisoo rodó los ojos, llegando a su lado, pasando un brazo por su espalda acercándola a su cuerpo. Lisa y yo reímos al ver cómo trataba de tranquilizar su llanto con una expresión de cansancio.

—¡La publicación! ¿Cómo es que nos enteramos por una publicación!?

—Rosé empezó a gritar mirando el celular, me asusté, no sabía si eran gritos de emoción o de espanto.— continuó.

—Fue idea de Nini.—dijo Lisa dándome una mirada.—perdón por eso.

—No hagas caso a Rosé, Lis.- rió Jisoo.- Es lo de menos ahora. Estamos muy contentas. ¡Al fin seremos tías!

—Y nosotras mamás.

Pude sentir cómo decir eso de alguna forma u otra me llenó de mucho sentimiento. Que incluso mis ojos se aguaron de forma inmediata y esas palabras habían salido casi que entrecortadas.

—Nini.—Lisa cambió su expresión a una de preocupación acunando con una de sus manos mi cara.

—Creo que las hormonas están reluciendo.—reí apoyando cariñosamente mi cara sobre su tibia mano.—estoy bien.

Me dio una sonrisa y antes de que aleje su mano, dejo un beso sobre la misma.

—¡Son tan lindas! Las amamos mucho.

—Y muy tiernas. Siento que nunca me acostumbraré a ver a una Lisa tan dulce.

Ambas reímos ante dichos comentarios.

—Estoy fuera de oficina Jisoo, aquí en casa trato de portarme bien.—dijo orgullosa siguiendo el juego de la mayor.

—¿Y en la cama?

Preguntó Rosé con picardía, al parecer ya había dejado de llorar.

—¡Hey!

—Uhm, siempre depende de lo que quiera, Jennie.

—¡Lisa!—la regañé dándole un débil empujón para luego cubrir mi rostro, alejándome de la cámara. De forma inmediata escuché las carcajadas de las tres, al igual que sentí los brazos de Lisa rodearme.

—Pero si Lisa es tierna incluso hablando de sexo.

—Que nos diga Jennie. Unnie, ¿Lisa te dice cosas sucias mientras-

Antes de que terminara su pregunta obscena interrumpí.

—Dejen de avergonzarme.—las freno.— lo que Lisa me diga en la cama es entre ella y yo.

Después de que se rieran de mi por unos minutos más, y compartiéramos un poco de cómo me estaba sintiendo y de cómo ellas llevaban sus vacaciones, decidimos cortar. No sin antes recordarnos lo mucho que nos queríamos y nos extrañábamos. Ambas se encontraban en París y no llegarían hasta dentro de una semana.

—¿Qué quieres de cenar?

Atenta a su pregunta, termino de secar mi cabello acercándome a ella.

—¿Estaría bien trozos de frutilla y banano con mucha crema de maní?

Sin creerlo, aceptó dudosa.—¿No quieres comida, comida?

—Lili...

—Ok, ok.—dijo rápidamente besando la punta de mi nariz. Sonrió.—Creo que será raro.

—¿Raro?—pregunté sin entender.—¿por qué? ¿Qué es raro? ¿Yo o...?

—No, no Nini.—rió por mi expresión.—Esto es raro.—dijo finalmente colocando sus manos a los costados de mi cadera, acariciando con su pulgar mi estómago.

Sonreí.—Será hermoso.—sonrió.— Será hermoso al fin ver cómo tú cuerpo crea una vida dentro de ti, Jen.

—Tú eres hermosa.—pinché su nariz ganándome su dulce risa.—y él o ella también lo será.

—Amo esto, Jennie. Te amo a ti.

—Yo te amo mucho más, Lisa.

Finalmente la abracé, inhalando su dulce aroma a coco.

—Muchas gracias.  Gracias por no rendirte, Nini.

¿Por qué creyó que me rendiría? Con Lisa quería todo en esta vida.

Mamás  •JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora