22.

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Las dos semanas habían pasado muy rápido. Lisa se dedicó a consentirme y a pasar tiempo en casa. Chitthip llegó a ayudarla a hacer de comer durante mi "última" semana de tratamiento. Aquella idea nos entusiasmó demasiado, estuvimos aprendiendo de sus deliciosos postres veganos y así también otros apetitosos platos.

—Esto huele delicioso.— Lisa me dio una mirada cuando de mis labios se escapó un gemido. Murmuré un "lo siento" hacia ella antes de empezar a comer mis fideos, Lisa ríe por lo bajo antes de hacer lo mismo que yo.

—Tiene salsa de ostras.— indicó Chitthip tomando asiento frente a mi, junto a Lisa.— abre aquellas ostras cariño y colócale esa salsa.— pidió a su hija. Lisa lo hizo luego de dejar los palillos a un costado.

—¿Por qué crudas?— preguntó intentando abrir una, cuando lo consigue coloca la salsa curtida en ella.

—Son las vitaminas que Jennie necesita.— explica tomando la que Lisa a abierto comiéndoselo.— y yo también.

Sonrío ante su ocurrencia.

Temprano habíamos ido por nuestro chequeo. Todo parece estar perfecto. Eso nos llenó de mucha paz, él estaba bien. Mis exámenes también, aunque ya no me colocarían sueros, seguiría tomando ciertas vitaminas que me ayudarían a mantener el mismo estado anímico de estas últimas tres semanas.

—Aprovechando tus nuevas cortas vacaciones, estaba pensando en ir a la casa del lago.

Adicional, había adelantado mis vacaciones.

—¿Vacaciones?— la idea me encantaba y más si era en nuestro lago de ensueño.

—Si.

Lisa se acercó abrazándome. Recosté mi cabeza en su pecho mientras ella reposaba su barbilla sobre mi cabeza.

—¿Cuándo iríamos? ¡Llevemos a Chitthip!

El pecho de Lisa vibró por su risa.

—En realidad, también les he pedido a las chicas que nos acompañen.

Muerdí mi labio evitando chillar de la emoción. Estaba segura que iban a ser días increíbles.

Saldríamos esa misma tarde, por lo que para el almuerzo decidimos pecar algo de afuera para luego tener que preparar nuestras cosas y esperar a que nuestras amigas llegaran a casa junto a Chitthip, de forma acomedida la pasarían recogiendo.

—Te amo, bebé.— Lisa habló como engreída y tomó a Leo entre sus manos dejando que el mismo se sobara contra su cara. ¡Eran los más tiernos!

En mi intento de querer acariciarlo el se puso atento como señal de no querer recibir ese afecto de mi parte, miré a Lisa sorprendida.

—¡Leo!— regañó Chitthip al ver a su primer nieto rechazar mi muestra de cariño.— es mamá Jennie.

—Leo está celoso.— rió Jisoo.

—Leo, soy mamá.— hice puchero.

—No seas así bebé, mamá Jennie te quiere dar cariño, ¿verdad amor?

Asentí viendo a Lisa intentar acercar a Leo hacia mi pero fue intento fallido, el pequeño se desesperó en sus brazos a tal punto de que Lisa tuvo que soltarlo, el corrió hasta Rosé por quien si se dejó cargar.

Suspiré rendida. Leo nos odiaba, a mi y su hermano.

Una semana en la casa del lago sonaba encantador. Llegaríamos para la noche después de tener que acomodar nuestras cosas, ubicarnos y comprar otras para algunas actividades que planeábamos hacer. Rosé había apoyado a la idea junto a Chitthip, mientras Jisoo y Lisa nos seguían con las bolsas y conversaban entre ellas sobre trabajo.

Eran vacaciones y ellas estaban hablando de trabajo.

Intenté mantenerme despierta durante el viaje, compartiendo con ambas mujeres. Chitthip se durmió como veinte minutos, Lisa aprovechó esos minutos para poder besarme cada cuanto. Reí al tener que verla comprobar por el espejo retrovisor que su madre iba dormida antes de tener que pedirme un beso.

Desperté al sentir un cosquilleo en mi cuello. Suspiré por lo bajo luego de que Lisa dejara un beso en mi mejilla. Abrí los ojos encontrándome con su encantadora sonrisa.

—Bonita.

—Tú bonita.— sonreí risueña terminando de quitar el cinturón que ya se encontraba desabrochado. ¡La casa! Que bonita se veía. Los inmensos árboles, me sentía en la casa de los Cullen. Eran alrededor de las seis y media, podía asegurar por la luz de afuera.

—Ya todo está en casa, he decidido dejarte descansar hasta que guardáramos todo.— explica antes de bajar del auto. El auto de Jisoo se encontraba junto al nuestro y vacío.

—No debieron.

Llegué a ella uniendo su mano con la mía dispuesta a encaminarnos a la entrada. Lisa lo impidió tirando de mi hacia ella para robarme un largo beso y un fuerte suspiro.

—Te amo, Lili.— murmuré luego de separarnos. Sus ojos brillaron.

—Te amo.

Éramos apenas cinco mujeres, cuatro gatos, un perro y había movimiento en la casa. Chitthip ya se encontraba en la cocina cumpliendo junto a Rosé uno de mi caprichos. Panes de ajo. Dios, de solo oler ¡se me hacia agua la boca!

Jisoo y Lisa seguían revisando que todo en la casa estuviera en perfecto estado y acomodando cada una de nuestras cosas en sus respectivas habitaciones. Justo ahora no veía la hora en que pudiera devorar todo ese pan que estaba en el sartén.

—Comprobado. Todo listo y todo limpio.

Chitthip asiente y parece quedar tranquila. Ella había pedido que por favor la tuvieran lista para nuestra llegada, le preocupaba que no hubiera estado así.

Aplaudo de la emoción cuando Chitthip coloca un plato frente a mi, Dios. Habían cinco y si no estuvieran hirviendo me los acabaría en menos de dos minutos.

—Te daré más a cambio de que mañana temprano bebas un enorme vaso de jugo verde.

—¡Por supuesto!

Con prisa me llevé uno a la boca no evitando quejarme por lo caliente que estaba.

En efecto, a la mañana siguiente cumplí con mi parte. A las seis un buen vaso de jugo verde me esperaba en la cocina.

•••

¡Hay uno más!


August 25

Mamás  •JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora