27.

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—¿Te gusta cómo se ve?

La cabeza de Lisa se inclina levemente observando la pared. Lleva el cabello recogido en un chonguito evitando que le moleste, pero aún así resopla para que ciertos mechones sueltos no le incomoden.

Lisa podía lucir muy seria en ciertas ocasiones, pero justo ahora esta imagen de ella, luciendo concentrada y a la vez ilusionada con lo que estaba haciendo, me causaba mucha ternura. Notando su incomodidad, me acerco ganando su atención, ella voltea hacia mi, permitiéndome acomodar los mechones sueltos de su cabello detrás de su oreja.

—Eres increíble.— digo regresando a ver hacia la pared.— ¿Hay algo que no sepas hacer bien?

—Bueno, creo que está muy comprobado que soy buena en absolutamente todo, los años hablan.

Me río por el aire de egocentrismo que ha metido en sus palabras, pero tenía razón. Para Lisa no existía un "no sé" siempre buscaba una solución a todo y si realmente había algo de lo que ella no tenía conocimiento, nunca lo dijo, siempre respondía con un "lo resolveré". Era una de las tantas cosas que podía admirar de ella.

—Continuaré mañana. Hasta eso, la pintura habrá secado y podré colocar los stickers.

—Está casi que listo.— dije mirando a mi alrededor.

Algunas cajas aún nos acompañan, esas serían movidas en el transcurso de estos días con la ayuda de las demás chicas, pero se podía decir que lo esencial ya se encontraba en su lugar.

—¿Cómo te sientes?

Reí negando. Lisa preguntaba eso a diario, con mucha más frecuencia de lo normal, los nervios podían más con ella que cualquier cosa. Pero es que Davis lo había dicho, él podía llegar en cualquier momento y maravillosamente habíamos alcanzado las 39 semanas.

—Igual que ayer.— le respondo con un toque de humor, ganándome de su parte un puchero.— ¿Cómo me ves?

—Te veo hermosísima, Jen.

Deja lo que lleva en mano a un costado, y antes de acercarse a mi, pasa las manos en sus pantalones, limpiándolas. Lisa me abrazada por detrás enterrando su cara en un costado de mi cuello mientras sus manos se colocan por debajo de mi barriga como si la estuviera sosteniendo.

—Se siente bien.—dije en un suspiro de alivio, moviéndonos de un lado a otro suavemente.

—Tú te sientes bien.— murmuró luego de que sentí sus labios posarse ahí.— ¿pesa mucho?

—Si. Es un niño sano y fuerte.

—Sú mamá lo ha cuidado con mucho amor.

—Sus mamás lo han cuidado con mucho amor.— corregí.

{•••}

Dos días después nos encontramos regresando a casa con dos de dilatación. Podía decir que Lisa se le había bajado la presión. Davis rió por lo bajo antes de tener que compartirle un dulce junto con un vaso de agua. Había amanecido con una leve presión en la parte baja, no era incómodo, pero claro era algo que no había sentido durante estos últimos días, notar esa diferencia despertó mi curiosidad e incluso Davis vio necesario el que me revisara.

Bien, al parecer iba a nacer dos días antes de las cuarentas semanas.

—¿No era mejor quedarnos en la clínica?— Lisa se detiene a observarme un momento luego de que nos adentráramos al cuarto del bebé.

—Dos es nada, amor.— le sonrío buscando tranquilizarla.— sólo hay que estar atentas.— tomo aire al sentir otra contracción.

Lisa suspira y deja el pequeño bolso sobre el cambiador para acercarse y abrazarme. Sus delgados y delicados brazos me envuelven cuidadosamente y deja un sonoro beso en mi cabeza.

—Te amo, Jen. Te amo mucho.

—Te amo, LiLi.— logro decir cerrando fuerte los ojos. Nuestros cuerpos se mueven a mi compás, tomo aire unos segundos más hasta que pasa.

Mis manos acarician su rostro. Ella lo disfruta cerrando por un momento los ojos, antes de tener que pasar sus manos a mi barriga y acariciarla.

—Prácticamente es tu último día con barriga, Nini.

—La voy a extrañar.

¿Acaso era muy pronto para pensar en que me gustaría verme en esta posición nuevamente? Había, o más bien, habíamos disfrutado tanto de esta etapa porque siempre estuvo el miedo de que nunca llegaría, pero estaba a nada y lo podía sentir cada vez más cerca.

—Finalmente seremos una familia de tres, Lisa.— la emoción me llena al igual que a ella. Sus enormes ojos color chocolate se cristalizan hasta que una lagrima cae de uno de ellos, la cual limpio con rapidez.—nuestro bebé va a llegar, Lis.

•••

¡Hola!
Les comparto un mini capítulo de esta historia. Además, les recuerdo que una vez que termine, entrará en edición. No cambiará el contexto, simplemente se buscará mejorar la redacción.

Les recuerdo también que, tengo dos historias más que empecé a subir hace poco. Espero y apoyen esas historias y comenten así sea para criticarme.😭 JAJA. Bueno, no. No critiquen porque lloro.

Les estaré esperando por allá.<33

Es todo, nos vemos.💗

Mamás  •JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora