7.

210 24 2
                                    

—Te siento bien.— digo en un suspiro ganándome una mordida por parte de Lisa sobre mi hombro desnudo y húmedo.

Lisa había hecho caso a la historia que había publicado en Instagram, donde la mencionaba y pedía a gritos, literalmente, que viniera al baño y pudiera hacerse cargo del problema que causaba tenerla cerca.

La más alta no había dudado en venir y colocarse detrás de mi, recorriendo cada parte de mi cuerpo y dejando que el mismo descansara sobre el suyo con las piernas abiertas para poder recibir su mano ahí.

Me sostenía de su brazo, el cual reposaba sobre el filo de la tina mientras la otra ella ya la tenía entre mis piernas, encargándose de frotar mi clítoris.

No quería culpar a las hormonas, pero lo haría. No iba a negar lo caliente que era y lo mucho que disfrutaba de tener su cuerpo desnudo y perfecto pegado al mío. Ella amaba darme placer y yo disfrutaba sentirlo.

—Mhm, Lisa.— balbucee al sentir lo rápido que había pasado a mover su dedo sobre mi clitoris y luego bajaba lentamente sobre mis labios. Hacía eso una y otra vez y se sentía tan bien que me incitaba a querer cerrar las piernas.— húndete en mí.— pido jadeante tomando su mano.— quiero sentirte

—Jen...— su mano soltó el filo de la tina para ir a mi pecho, apretarlo suavemente y jugar con mi pezon, provocando que mi cuerpo se empezara a mover ahora sobre el suyo, ocasionando que mi trasero se frotara contra su zona. Se podría decir que mis senos se habían convertido en su nueva obsesión y yo no tenía problema alguno en que les diera la atención que estos merecían.

Estaban más rellenos que incluso yo había llegado a estimularlos.

Gemí un poco más fuerte cuando al fin sus dedos se desplazan por mis pliegues yendo directo a mi centro hundiendo dos, empezando a embestirme rápidamente.

Habíamos salido de la ducha después de conseguir mi orgasmo y de que nos besáramos unos minutos más mientras me susurraba lo mucho que me amaba.

Una vez más, no quería culpar a las hormonas, pero iba a hacerlo. Todo era un mar de emociones últimamente.

Me encontraba en la mitad de las diecisiete semanas. Las nauseas habían disminuido, o eso parecía, y tal como había dicho Davis hace unas semanas, muchas cosas iban a cambiar o más bien, estaban cambiando.

Mientras entendía a mi cuerpo o más bien, a mi nueva yo. Había decidido pedir unas semanas y pasar este proceso lleno de cambios junto a Lisa, quien ahora es mucho más atenta que antes y estaba igual de emocionada que yo por esta nueva era.

Nuestras pequeñas vacaciones prácticamente habían terminado y el hecho de sentirme mejor físicamente me emocionaba. Estaba a nada de regresar al canal y no lo haría sola, pues mi barriga la cual había brotado un poco más, también me acompañaría. Me llenaba de felicidad tener que regresar al ruedo, pero así también iba a extrañar estar junto a Lisa, eso, que no parecía malo, pero que en realidad se había convertido en otro problema, me estaba afectando.

Emocionalmente, estaba muy rara y a veces Lisa parecía enloquecer con eso.  Al menos, ya sabía que no podía mal hablarme porque lo más probable es que le pida dormir en otra habitación. Algo que ya había pasado como dos veces, en una tercera, tuve que ir a buscarla y pedirle que me abrazara mientras lloraba.

Hace dos días lloré porque le empecé a tener asco a la crema de maní, cuando yo amo la crema de maní y aunque una parte de mi desea comerla en cantidad, la otra parte la rechaza, pues mi cuerpo no lo pensaba dos veces y ya me tenía en el retrete de cabeza. Así he ido descubriendo que me gusta y que no, o más bien, qué le gusta a él y que no.

Mientras seco mi cabello, decido revisar el mensaje que Rosé había dejado a mi historia de Instagram. Era imposible tener que esperar menos de ella.

"Eres una golosa, deja de absorber a Lisa."

Solté una carcajada imaginándola con la cara arrugada acompañada de una expresión de asco al ver mi historia. Lisa, quien se cepillaba los dientes, se acercó curiosa a ver lo que le estaba mostrando en el celular.

Ella también rió.—Es una envidiosa.

Sonreí de lado al recordar todo lo que había pasado en estas últimas semanas y aunque ellas no lo querían hacer sentir tan personal, eso también era imposible y una parte de mi había llorado también por eso.

Anoche nos habíamos enterado que Rosé quiere separarse de Jisoo y al momento, no sabíamos el por qué.


•••

Un mini cap por aquí.

Mamás  •JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora