CAPÍTULO 7: CONFUSO

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No sólo había picado un pez, ¡ si no que era demasiado grande!
Tanto que tuvieron que aguantar y tirar de la caña de pesca entre los dos.
Pasaron los minutos y ambos seguían intentado pescar aquel gran pez.
Siguieron y siguieron pero ese pez no parecía querer rendirse, ellos tampoco, se negaban a desaprovechar la oportunidad de tener una captura tan grande y además comida que les iba a durar durante bastantes días.

Todos sabemos que Xie Lian no tiene muy buena suerte ¿verdad?
Quién diría que toda la mala suerte de Xie Lian estuviera a punto de estallar.
En ese mismo momento, en la batalla crucial contra ese pez, Xie Lian tuvo tanta mala suerte que su caña se rompió en dos grandes cachos.

Era algo lógico que se rompiera ya que estaba hecha de madera y de bambú, pero era la primera vez que la usaba, estaba estrenado esa caña.
Se suponía que la caña tendría que ser muy resistente pero no fue así. Habían subestimado la fuerza de ese animal.

Como Xie Lian estaba tirando de la caña con Hua Cheng detrás haciendo lo mismo, en el momento en el que la caña se rompió, cayeron fuertemente contra el piso.

Hua Cheng se llevaría la peor parte del golpe, ya que no tendría ningún tipo de amortiguación y además Xie Lian caería encima de él.

Pero Xie Lian antes de que chocaran, analizó todo rápidamente y en un movimiento puso sus brazos detrás de la cabeza de San Lang para evitar que el otro recibiera lesiones graves.

Ambos cayeron al suelo pero afortunadamente ninguno de hizo daño, al menos no mucho.
Xie Lian le preguntó alarmado y preocupado a su amigo que como se encontraba olvidándose de la distancia que estaban manteniendo y en la forma en la que estaba apoyado encima de él.

- ¡San Lang! ¿Estás bien?

Dijo mientras revisaba su cara, mirando que no habían visibles raspones o moretones.

- Estoy bien Gege, solo ha sido una caída de nada. ¿Cómo te encuentras tú?

- Yo muy bien, has amortiguado todo el golpe.

- En ese caso me alegro de que Gege no se haya hecho daño, me pondría muy triste y me sentiría algo culpable su se lastimara.

- No digas eso San Lang, yo también me podré triste si veo que te lastimaste y me lo ocultaste.

- Yo no le ocultaría eso a Gege, pero por ahora no siento ningún dolor.

Después de estar preguntando un poco más sobre cómo se encontraba cada uno, Xie Lian se dió cuenta de la distancia a la que estaba y en qué postura estaba, pero por alguna manera, no se movió ni un centímetro.

Su cara se tornó con un pequeño rubor que intentaba esconder pero no se atrevió a moverse, de alguna manera de sentía cómodo, no por la posición en la que estaba, si no por con quién estaba.

Por la otra parte, tampoco se movió en lo más mínimo, estaba tranquilo, pero su corazón latía de una manera algo inusual.
Se sentía raro y no sabía lo que era, se podría decir que se podía comparar un poco cuando algo le hacía mucha ilusión (bastante picas veces), o cuando en el pasado alguna mujer hermosa aceptaba tener una cita con él pensando en que si esa persona sería su alma gemela.

No, no se podía comparar con eso, este sentimiento era demasiado fuerte como para compararlo con eso.

Finalmente Xie Lian se levantó del cuerpo de Hua Cheng. Se puso de pie y le tendió la mano a San Lang para ayudarlo a levantarse, el otro agarró agarró la mano que le tendió y tiró un poco para ponerse de pie también.

- Bueno, ese pez era muy grande, hubiera sido muy bueno si lo hubiéramos cogido.
También es una pena que nos hayamos quedado sin una caña...

- No se preocupe Gege, todavía queda una caña y mañana supongo que terminaremos el trabajo antes también.
Iré a comprarte una.

-¿Qué? No, no hace falta que compres una, al fin y al cabo, no ha sido tu culpa.

Dejando el tema a un lado, Xie Lian cogió una de las redes y empezó a adentrarse en el río.

- Todavía no he probado a coger cangrejos, vayamos a ver cómo me va en esto.

- Espero que esto se te dé mejor. Yo voy a ir limpiando los peces para después poder asarlos.

En cuanto Hua Cheng se dió la vuelta para irse, Xie Lian pudi ver algunos arañazos y roturas en la túnicas rojas, pero a través de ella se seguía viendo el color rojo.
¿Podría ser sangre?
Él no lo sabía ya que San Lang se estaba alejando casa vez más, dificultando la vista de Xie Lian.
Por ahora no sabía si al final era sangre, pero un sentimiento de preocupación se instaló en su cabeza desde ese momento.

Realmente Hua Cheng quería seguir pasando tiempo con su Gege, pero necesitaba pensar en lo que había pasado momentos atrás y ordenar algunas ideas en su cabeza.

Después de reflexionar mientras limpiaba aquellos pescados, llegó a una conclusión.

En cuanto llegó a ella, un hilo rojo algo transparente se dibujó en su mano, concretamente se hizo un lazo alrededor de su dedo corazón y cada vez que pensaba aunque sea un poco en Xie Lían, el color de este se intensificaba un poco más.

Se dió cuenta de que su corazón estaba latiendo por amor, un amor que no se podía comparar con nada y que nunca había sentido antes.

Finalmente había encontrado a su alma gemela.

O eso pensaba él hasta que algunos recuerdos llegaron a su cabeza.

En Busca De Una Flor (HuaLian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora